Pemex se encuentra en indefensión jurídica frente a la Secretaría de Energía (Sener) y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) en tanto el Congreso no apruebe las leyes secundarias sobre la reforma energética y sigan corriendo y cumpliéndose los plazos marcados por el artículo sexto transitorio sobre la llamada ronda cero, que no especifica cómo debe llevarse a cabo el proceso, por lo que todo puede quedar a decisión de dichas instancias, advirtió Fluvio Ruiz, consejero independiente de la paraestatal.

Entrevistado a propósito de los detalles que este viernes dio a conocer la paraestatal a inversionistas sobre su solicitud para conservar ciertos campos de exploración y explotación, Ruiz aseveró que tal como está el marco jurídico, la Sener es la que decide con lo que se quedará Pemex; esa es la clave del asunto, dijo.

Hay un gran vacío que debe llenarse con la legislación secundaria, porque en caso de diferendos con la Sener la paraestatal no tiene instrumentos ni instancias a las cuales recurrir. La legislación secundaria debe dotarla de elementos como empresa dominante, como ocurrió en Noruega o Brasil, pero para ello se tiene que garantizar que se convierta en empresa con auténtica autonomía presupuestal y de gestión y se modifique su régimen fiscal.

Sobre la renuncia de Pemex a explotar 79 por ciento de los recursos prospectivos, equivalentes a lo que México ha producido en los últimos 110 años, el consejero aclaró: “ni siquiera son todavía reservas, y por eso hay mayor incertidumbre en cuanto a la cantidad realmente existente en el subsuelo. Son estimaciones que en general suelen ser muy optimistas y que van reduciéndose conforme se van haciendo los estudios sísmicos, las perforaciones exploratorias y las delimitaciones correspondientes.

Insistió en que corresponde al Legislativo definir la metodología en la legislación secundaria para determinar ese justo valor económico con que se deberá retribuir a la paraestatal por las áreas que no retenga y para las cuales ya hizo estudios, investigaciones y análisis geológicos y técnicos, además del riesgo que hay de que la Sener decida finalmente “dejarle un área inferior a la que solicita. Pemex sólo debe entregar los datos crudos, no procesados ni analizados, porque sería darlos pelados y en la boca, porque muchas empresas basan su competitividad en su capacidad de procesamiento de datos, puntualizó.

Si bien señaló que la reforma energética estableció como plazo este abril para que sea aprobada la legislación secundaria, es muy difícil que así ocurra, ya que el tema requiere modificar y promulgar entre 26 y 28 leyes, además de hacerlas coherentes entre sí y con el marco constitucional. Por prudencia, señaló, los legisladores deberían dedicar un periodo extraordinario exclusivamente al tema, dada la importancia para el país.

El que Pemex haya informado este viernes a los inversionistas sobre cuáles campos y yacimientos solicitó conservar, en lugar de reservarse tales datos, también obedece a que no hay legislación al respecto. Todo el proceso está sustentado en el artículo sexto transitorio de la reforma energética, que no tiene más definiciones en términos de procedimiento.

Nunca hubo definición sobre cómo debía Pemex hacer la solicitud, y sólo se señaló el plazo de 90 días. Tampoco se especificó en ningún lado de qué manera debería probar sus capacidades operativas, financieras o técnicas. Estamos actuando en una gran zona gris, donde sólo se definieron grandes criterios, plazos, responsabilidades, sin nada intermedio. Por eso es relevante que en la legislación secundaria se acote la discrecionalidad y se garantice que el proceso de apegue al interés nacional.

El consejero consideró que la solicitud de campos por explorar y explotar hecha por Pemex fue una propuesta prudente, basada en las capacidades operativas, técnicas y financieras con que cuenta, muy bien soportado y serio. Así que se espera que la respuesta de Sener sea de la misma calidad y acuciosidad para que explique si determina no darle ciertos campos.