Sábado 29 de marzo de 2014, p. a16
Está en México Krzysztof Penderecki, uno de los compositores definitivos de la historia en varios sentidos: su obra, recia, variada, omniabarcante, es emblema de la evolución del lenguaje sonoro. También definitivo porque su participación en momentos históricos precisos, contribuyó al cambio monumental que tiene al mundo hoy en vilo: unipolar, una vez que se derrumbó el fallido intento comunista ruso.
Una de esas obras producto de su militancia sonará, bajo su batuta, esta noche con la Orquesta Filarmónica de la UNAM (Ofunam), a partir de las 20 horas en la Sala Nezahualcóyotl: la Chacona de su Réquiem polaco, partitura escrita en abierto desafío al antiguo régimen comunista de Varsovia. Esta obra, además, está dedicada al papa Juan Pablo II, artífice del derrumbe comunista, merced a su alianza con Ronald Reagan y Margaret Thatcher, entre otros líderes conservadores.
También sonará, tras la batuta de su autor, su Sinfonietta número 2, en estreno en México dada la rescritura que hizo el compositor a esta obra, originalmente Cuarteto de Cuerdas y Clarinete y después Sinfonietta para clarinete y orquesta. El solista a la flauta será Massimo Mercelli, amigo de Penderecki, quien acostumbra escribir sus obras concertantes para personas que le resultan afines, como fue el caso de su impresionante Concierto para violonchelo que hizo para su amigo y cómplice Mstislav Rostropovich, otro combatiente ideológico.
En distintas ocasiones ha dejado en claro Penderecki que no es un autor político. Y si revisamos sus obras, no encontraremos panfleto alguno, proselitismo ninguno, propaganda ni otros rasgos que caracterizan la música militante. Por el contrario, hallamos música recia, clara, firme, admirable, sorprendente.
Con el reciente fallecimiento de Wojciech Kilar, Penderecki queda como el único líder de ese vasto movimiento cultural que es la música de concierto polaca y que se inició en 1956, con la instauración del Festival de Otoño de Varsovia, donde nacieron los grandes prestigios de, entre otros gigantes, Stockhausen, Nono y Ligeti, este último emparentado estilísticamente en el momento de ignición de la carrera de ambos.
de Música/UNAM
Witold Lutoslawski (1913-1994) es sin duda el más importante autor de toda esta generación, donde destacó por el alto impacto popular de sus obras, Henryk Nicolaj Gorecki (1933-2010), amigo por cierto muy cercano a Penderecki, quien lo acompañó hasta el último suspiro en el hospital donde finalmente falleció el autor de la masivamente difundida y apreciada Sinfonía 3, conocida como la Sinfonía de las Lamentaciones.
La compositora Grazyna Bacewicz (1909-1969) forma parte de esta pléyade y en la visita más reciente de las muchas que ha realizado Penderecki a nuestro país, sonó una de las partituras de esta gran autora.
Precisamente en una visita anterior, Penderecki dijo a quien esto escribe, en entrevista: Soy un compositor libre, he trazado siempre una ruta solitaria, apartado de los grupos y las tendencias dominantes. Mi intención es crear formas distintas de escritura musical. Mi búsqueda se concentra en las formas sinfónicas de gran aliento en pos no de lo nuevo, sino de lo diferente
.
Si uno revisa su discografía, encontrará la coherencia de la anterior declaración. El equilibrio entre las formas clásicas, la ortodoxia formal y la vanguardia más aventurada, preñan sus partituras de géiseres, diluvios, erupciones volcánicas, fluidos calmos, reflexiones permanentes.
Autor de música sacra, su hondura de pensamiento decanta ideas cuya fortuna esplende en formas asombrosas. Es la suya una música espiritual de largo alcance, de relieves formidables y una calidad estética tal que toda discusión a propósito de su ideología se viene por tierra porque tenemos frente a nosotros un summun estético incontestable, un manantial de maravillas.
La oportunidad de disfrutar de la música de Krzysztof Penderecki, con él mismo a la batuta, se presenta esta noche a las 20 horas y mañana al mediodía en la bellísima Sala Nezahualcóyotl.
Enhorabuena.
