n julio de 2010 cuatro transexuales fueron heridas con armas de fuego en la ciudad de Querétaro. La policía logró detener a los agresores. Provenían del norte del país y eran delincuentes.

Dos mujeres transexuales de origen turco fueron atacadas por seis hombres en un restaurante de la ciudad de Malmo, Suecia. Asistían al tercer Congreso Transgénero de Europa. La policía catalogó el hecho como un crimen de odio y, además, racista, en un país con reputación muy positiva en cuanto a la tolerancia en temas transgénero.

En julio de 2011, una mujer transexual conocida como La Thalía fue asesinada en la ciudad de Chihuahua. Varios individuos le dispararon desde un automóvil en circulación. Tres compañeras que la acompañaban resultaron heridas. Ese año hubo en dicha ciudad 22 homicidios de integrantes de la comunidad no heterosexual. Los ataques en su contra se han recrudecido, sobre todo por parte de grupos religiosos.

En 2012 Diana Bayardo, quien fue candidata al Congreso de la Unión por el PRD, se libró de morir al ser atacada con armas de fuego en el automóvil en que viajaba en la zona otomí del estado de Hidalgo.

En México más de 700 homosexuales y transexuales han sido asesinados los recientes 15 años.

La lucha por los derechos de los transexuales se anotó recientemente un triunfo en Colombia. Kim Zuluaga es un estudiante que nació hombre pero se asume como transexual. Siempre quiso ir en Medellín al colegio donde estudiaba vestida con el uniforme de mujer. Algunos de sus compañeros quisieron imitarla. De otros recibió burlas.

La directiva del colegio le exigió que usara el uniforme de siempre. El problema es que a mí ya me estaban creciendo los senos, entonces yo cómo iba a ir así, y les dije que no, afirma Kim. Finalmente la expulsaron.

En defensa de sus derechos acudió a la justicia ordinaria, que en primera instancia rechazó su petición. Sin embargo, llevó su caso al Tribunal Constitucional. Mientras resolvían los juristas, pasó por el quirófano para aumentarse los senos. Recientemente el máximo tribunal le dio la razón, alegando que si bien los colegios pueden imponer una disciplina, ésta no debe vulnerar derechos fundamentales como el libre desarrollo de la personalidad. Al tratarse de un joven de 17 años (que tenía cuando acudió a los tribunales), el magistrado ponente consideró que tiene capacidad para decidir qué tipo de vida quiere llevar.

Kim afirma que su caso sienta un precedente en Colombia. “Sirve para que las personas acepten a las ‘trans’ y que puedan ir a estudiar como se sientan identificadas. Si es mujer y se siente hombre, que se vista de hombre. Si es hombre y se siente mujer, que se vista de mujer, aunque para mucha gente sea un escándalo”. Seguirá sus estudios en otro centro educativo.