Se cumplen dos años de su fallecimiento
El profesor zapoteco siempre defendió las lenguas originarias, subraya su viuda
Viernes 21 de marzo de 2014, p. 4
Oaxaca, Oax., 20 de marzo.
A dos años de su fallecimiento, el profesor zapoteco Mario Molina Cruz recibió un homenaje en el Centro Cultural San Pablo de esta ciudad.
En presencia de sus familiares, allí se inauguró la exposición Árbol de palabras para destacar el trabajo del ganador del premio Nezahualcóyotl 2006.
Florencia Cano Velasco, viuda de Mario Molina, subrayó la labor del profesor quien, dijo, siempre fue un enamorado de su lengua y pese a las dificultades que encontró nunca se dejó vencer, pues lo más importante para él fue promover el zapoteco de Yalala, además la lengua chatina y el ixcateco, este último en peligro de desaparecer.
El legado del poeta es el amor a su pueblo, sus semejantes y su lengua, él formó talleres, hizo estudios y trazó proyectos con el objetivo de que sirvieran para la conservación de las lenguas tradicionales. Tuvo mucho amor para esto y lo dio todo, siempre desvelándose por estudiarla, siempre trabajando
, sin embargo dijo que por ahora esos programas no son utilizados.
Cano Velasco señaló que lamentablemente el guía (su esposo) se fue y sus programas están en el abandono, además que las mismas autoridades tal parece que no tienen interés de promoverlos por lo que no hay recursos y sin éstos muchas veces los esquemas no pueden funcionar.
La vida de Molina Cruz, quien falleció en 2012 víctima de cáncer, fue ejemplar. Era un hombre del pueblo, dijo su viuda, que siempre amó su trabajo y luchó a contracorriente, pues se enfrentó a la discriminación por hablar su lengua originaria. Sin embargo, jamás se dejó, él siempre dijo que se le tenía que dar el valor a las lenguas indígenas, escribirlas, poner nombre a las calles con ellas, mantenerlas vivas
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Autor de programas pedagógicos
Demian Ortiz, responsable de exposiciones de la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova, destacó el trabajo de Mario Molina, quien creció en una cultura en la que en la misma escuela sus mentores pretendían que él no hablará zapoteco, diciéndole que eso estaba mal. Pero él nunca dejó de practicarlo y de respetar sus tradiciones e idioma nativos.
Como profesor bilingüe no fue preparado para enseñar en zapoteco, de ahí que le surgiera la inquietud para desarrollar programas pedagógicos con la intención de preservar las lenguas autóctonas.
Demian Ortiz indicó que el homenaje se inscribe en el sexto Coloquio de Lenguas Otomangues y Vecinas, el cual se realiza cada dos años, con la finalidad de difundir investigaciones e iniciativas de las lenguas otomangues y vecinas. En el encuentro participarán académicos y hablantes de esas lenguas.