a pasó la ola de noticias ruidosas. Dejó de interesar el túnel del escape o la tina levadiza. Fueron momentos naturales, inevitables pero deben superarse. Hoy es exigible a la autoridad informar sobre lo que impidió su arresto por 13 años. Un oprobio más de la justicia.
La Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República (PGR) determina: Artículo 4. Corresponde al Ministerio Público de la Federación: Investigar y perseguir los delitos del orden federal
. Es en ese sentido que la persecución del evadido Guzmán Loera el 18 de enero de 2001 fue un deber definido que no se cumplió.
Un deber de la procuraduría y simplemente nunca hubo nada que explicara que sí se atendió, con las características de inteligencia, perseverancia y responsabilidad que son de esperarse de ese encargo. Hoy es deber fundamental de la autoridad informar por qué se tardó 13 años en reaprehender a Guzmán.
Qué pasó y qué no, y por qué nada se logró durante ese lapso que la PGR debió conducir la persecución. Formalmente seis procuradores –Macedo de la Concha, Cabeza de Vaca, Medina Mora, Chávez Chávez, Marisela Morales y Murillo Karam– fueron responsables ante la ley.
Rafael Macedo de la Concha. En el primer Informe de gobierno de Fox se menciona haberse librado una orden de aprehensión por evasión de presos y cohecho
Él fue el primer responsable de la reaprehensión y, por tanto, el más significativo en la omisión.
Renunció debido al escándalo por poner a la justicia al capricho de la política en el intento de Fox de enjuiciar penalmente a López Obrador. Recientemente fue ascendido a general de división.
Daniel Francisco Cabeza de Vaca Hernández. Fue titular de la Consejería Jurídica de presidencia con Fox y hoy es consejero de la Judicatura Federal; nada se puede agregar. Eduardo Medina-Mora era director del Cisen al momento de la evasión de Guzmán Loera. Posteriormente fue secretario de Seguridad Pública. Hoy es embajador de México ante Estados Unidos (EU).
Arturo Chávez Chávez fue delegado de la PGR en Chihuahua, posteriormente fue procurador en ese estado. Su renuncia fue atribuida a deterioro personal. Marisela Morales Ibáñez estaba a cargo de la Siedo cuando fue nombrada procuradora. Su gestión estuvo manchada por anomalías procesales y administrativas. Fue técnicamente incapaz de procesar a Jorge Hank. Hoy es cónsul general en Milán.
Jesús Murillo Karam fue diputado federal en tres ocasiones; oficial mayor de la Reforma Agraria, gobernador de Hidalgo y subsecretario de Seguridad Pública de Gobernación. Es un funcionario firme, con liderazgo y gran experiencia.
A él se debió la conducción de la captura de Guzmán. La operación física estuvo a cargo del Grupo de Alto Impacto de infantes de marina entrenados en Camp Pendleton, Cal., EU.
Los procuradores, éstos y los siguientes, toparán con las grandes debilidades de la institución. Es un sistema anquilosado que dificultosamente mantiene las formas con un modelo de actuación de hace más de 30 años. Sobrevive encorsetada con sus mismos defectos.
Sus recursos humanos, técnicos y materiales han sido de siempre insuficientes, ineficientes y muy corruptos. La pésima imagen que la sociedad tiene de ella se justifica en sus sucísimos precedentes. Inspira temor, no el respeto debido. Con eso basta para tener al sistema persecutorio penal al borde de colapso.
Consecuentemente, el cumplimiento de sus tareas depende enormidades del vigor y determinación del procurador y de sus colaboradores primarios, siempre escasos. La institución nunca ha respondido a su alto deber; es la más tenebrosa del gobierno.
En consecuencia de esta fragilidad, actualmente lo delicado de la inteligencia criminal, que debiera ser gestionado por la autoridad mexicana, sin exclusión de una sana y debida colaboración extranjera, en realidad converge y se dirige desde Fort Bliss, Texas.
Es un fuerte militar con superficie de 500 mil hectáreas donde están acuarteladas la primera División Blindada, la escuela y unidades de Artillería Defensa Aérea y... el Centro de Inteligencia de la DEA, llamado El Paso Intelligence Center, con acrónimo EPIC, pero formalmente dedicado a Enrique Kike Camarena, el agente asesinado por Caro Quintero en Guadalajara en 1985.
Al centro están integradas delegaciones del Servicio de Aduanas, de Migración y de la Defense Intelligence Agency (DIA) del propio Estados Unidos. Es todo un coloso y desde ahí que se dirige y explota la información procedente de satélites, drones, delegaciones y agentes. Seguramente la colaboración de la DEA en la detención de Joaquín Guzmán tuvo ese cimiento.
Por encima de las condicionantes planteadas, nada sería suficiente para justificar una verdad contundente: no se detuvo a Guzmán Loera en 13 años. El pueblo merece saber por qué.