Las sombras que acompañan a cada persona, donde las fronteras entre lo bueno y lo malo se confunden, los malos no son tan malos y los buenos no son tan buenos.

Así son los personajes de Reflejos de sombra, título de la segunda novela de Roslyn Ison (DF, 1980), quien llegó a la escritura por azares del destino.

La autora pensó, en primer lugar, dedicarse a la publicidad, “pero no se me dio. Un día me desperté con la idea de querer escribir un libro. Había escrito cosas, pero no muy en forma, y fue cuando hice Treinta días antes de morir”, obra publicada también por el sello Axial.

“Comencé a conocer el medio y fue algo que me atrapó, me apasionó muchísimo, comencé a dedicarme a eso. Reflejos de sombra es una novela más madura, más profunda y abarca temas más importantes”, dice en entrevista.

Un toque de erotismo

Aunque el lector encontrará asesinatos en las páginas del libro más reciente de Roslyn Ison, no es una novela negra. También hay un toque de erotismo y mucho conflicto entre los personajes: Rizo, Chume, Daniel, Armando/Tony, Sofía, Ricardo, pero no es una novela de romance o erótica.

“Es una novela de drama, que abarca lo que es la sombra del ser humano, no como algo negativo porque muchas veces definimos lo que es el mal diciendo ‘esto es el mal’, ‘él es el malo, no yo’. Sin embargo, cuando hablamos de sombras es algo con lo que todos nos podemos identificar porque todos tenemos una parte de sombra y otra de luz.

Está más dirigida al aspecto de la sombra del ser humano, del cómo cuando no enfrentas tu sombra puedes destruirte.

Es el caso de Rizo, que es la mujer que lleva el papel central en el libro. “Ella toda su vida le da la espalda a esa parte sombría de sí misma. Cuando decide encarar su sombra se da cuenta de que no ha sido ninguna perita en dulce.

El asunto es no tener miedo a las sombras, a todos los matices que tenemos dentro y afrontarlos, dice Roslyn IsonFoto María Luisa Severiano

“Al principio ve a todos a su alrededor y dice ‘éste es malo’, ‘éste no’, ‘éste me destruyó la vida’, ya cuando se da cuenta de su propia sombra entonces ve que es igual a todos los demás. Hay niveles de sombras entre los personajes”… Tal como las hay en los seres humanos.

Conflictos personales

–Es la literatura en diferentes tonos de grises.

–Exactamente. Esa es precisamente la enseñanza de la novela, que siempre estigmatizamos lo que es el bien y el mal, y en realidad no es así. Todo esto convive dentro de nosotros, la cosa es cómo la dirigimos y qué tanto le hacemos frente.

“Yo misma cuando estaba escribiendo esta novela entré en muchos conflictos personales, porque decía: ‘¿de dónde está saliendo todo esto? ¿Cómo puede ser que haya tanto dentro de mí?’, pero en realidad te das cuentas de que es algo que está dentro de todos.

“El asunto es no tenerle miedo a todas estas partes, todos los matices que tenemos dentro y afrontarlos. Cuanto más pronto conocemos nuestra sombra es menos probable que se haga una bola de nieve negra que nos aplaste.

“Porque la literatura –añade Roslyn Ison– es un mundo. Es otro mundo dentro de este mundo, es una enseñanza de tu propio mundo, lleva a aprender cosas cotidianas, del ser humano, cosas de la vida diaria a través del arte, de conmoverte, de tocarte.

La buena literatura te toca, te conmueve y te mueve un poco de lugar o a lo mejor modifica un poco la forma de pensar de cómo comenzaste y terminaste de escribir tu novela, indica la escritora.