Chihuahua, Chih., 15 de marzo.

La bonanza económica que se promociona en cinco estados del norte del país, incluido Chihuahua, por la extracción de gas shale, es un mito y no garantiza beneficios sociales a la población, ni a mediano ni a largo plazos, e implica grave riesgo por el impacto ambiental de esa actividad, coincidieron especialistas en materia energética durante el foro sobre el uso del fracking, la técnica con la que se pretende explotar las reservas de gas de lutitas en la zona de Ojinaga, Coyame y Manuel Benavides, en el noroeste de la entidad.

En el acto, organizado por la oficina de enlace legislativo del senador Javier Corral Jurado, especialistas de la Alianza contra el Fracking, la Asociación Mexicana de Derecho a la Información y Fundar, Centro de Análisis e Investigación discutieron las consecuencias ambientales y económicas que traería a Chihuahua el anuncio de que el próximo año se inicia la exploración de reservas de gas convencional en territorio estatal.

El fracking o método de fracturación es la técnica de extracción de hidrocarburos no convencionales que sería aplicada en las reservas de gas shale detectadas por Petróleos Mexicanos en el fronterizo municipio de Ojinaga, y Coyame y Manuel Benavides, en la zona desértica.

“Es una continuación del debate iniciado en la ciudad de México con el fin de que la legislación secundaria en materia energética tome en cuenta las alertas medioambientales sobre el uso de esta técnica de extracción del gas shale”, señala Corral Jurado, quien advierte del peligro ecológico del uso de esta técnica, así como de sus consecuencias en materia de salud.

Se trata de informar, pero también de alertar, y sin caer en amarillismos sobre este tema, que hoy día demanda atención social, gubernamental, empresarial y mediática, en la coyuntura de la discusión de las leyes secundarias en materia energética que se discutirán en el Congreso de la Unión, manifestó.

Luca Ferrari, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, aseguró que pese a la presión que se hace de las reservas de gas shale, como posibilidad de aumentar la competividad del país con la producción de energéticos a precios más accesibles, en la realidad este hidrocarburo no convencional resulta poco rentable económica y energéticamente, y en cambio tiene un alto costo socio ambiental.

Sostuvo que en Estados Unidos, donde se han perforado más de 65 mil pozos para la explotación del shale, el combustible sólo representó aumento momentáneo de la producción petrolera, y en cambio a significado fracaso económico para la industria; ganan los bancos, el sistema financiero y unas cuantas empresas que llegaron primero a esa actividad, recalcó.

Señalaron la conveniencia de discutir el modelo de desarrollo energético del país, en la coyuntura de las discusión de la leyes secundarias de la reforma energética, para canalizar la inversión hacia un cambio de modelo basado en energías renovables, en lugar del uso de combustibles fósiles, cuyas reservas ya rebasaron su pico máximo y tienden al agotamiento, haciendo su explotación más costosa económica, ambiental y socialmente.