Una de las principales razones para reducir la previsión de crecimiento económico de México este año tiene que ver con el efecto del invierno particularmente crudo que afectó vastas regiones de Estados Unidos y que redujo la actividad industrial en aquel país, comentó este sábado Banamex.

La actividad productiva en México debe resentir inevitablemente el crecimiento más modesto en Estados Unidos, lo que sumado al efecto de los cambios fiscales que entraron en vigor en enero provocarán un crecimiento más modesto del estimado inicialmente, apuntó.

Banamex revisó de 3.8 a 3.3 por ciento su previsión de crecimiento del producto interno bruto (PIB) para este año, según un reporte publicado este sábado por el segundo mayor intermediario financiero del país. El gobierno federal espera que la economía repunte 3.9 en 2014, después de un avance de 1.1 por ciento en 2013.

Ajustes a la baja en Estados Unidos

El principal factor de la revisión es el efecto que las condiciones meteorológicas excepcionalmente adversas tendrán en las cifras de actividad en Estados Unidos, apuntó. En aquel país, el pronóstico de crecimiento del PIB fue ajustado de 3.1 a 2.6 por ciento. El principal vínculo entre las economías mexicana y estadunidense es la actividad industrial –bienes manufacturados aquí se exportan hacia aquella nación–, por lo que un menor dinamismo se traslada a México.

En el frente interno, añadió Banamex, la política fiscal de incurrir en un mayor déficit y por tanto aumentar el gasto público debe estiumular la actividad económica para el año en su conjunto. Sin embargo, en enero, la postura fiscal del gobierno fue menos expansiva.

El año comenzó con una desaceleración de las exportaciones no petroleras, que crecieron en enero a una tasa anual de 2 por ciento, menos de la mitad de 4.8 por ciento previsto por Banamex. En diciembre de 2013 habían repuntado 5.4 por ciento.

Aunque las condiciones meteorológicas estadunidenses influyeron en el desempeño reciente de las exportaciones mexicanas, no parece ser el único factor en juego, apuntó. También bajaron las ventas mexicanas a otros países, lo que sugiere que el clima no fue el determinante único, añadió.

Por lo que toca al mercado interno, los efectos indirectos de la reforma fiscal –por la que se elevaron algunos impuestos y se crearon otros– implicaron consumidores más cautelosos a principio del año, mencionó Banamex. La reforma fiscal probablemente modificó las decisiones de inversión y consumo, abundó.

Una modesta tasa de crecimiento en el primer trimestre de 2014 debe ser seguida de cifras más fuertes en los siguientes trimestres, confió.

Difícil, remontar la debilidad; nulo avance en industria y construcción

Susana González G.

El desempeño económico registrado en México al comenzar 2014 contrasta con los optimistas y positivos pronósticos de crecimiento de hasta 3.8 por ciento hechos por el gobierno federal y diversos organismos internacionales, advierte el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey.

Coincidente, el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) señala que la realidad terminó por imponerse en este comienzo de año y pasó el momento de México que tanto pregona el gobierno federal.

Ambos centros de estudio alertan que el bajo desempeño que reportó la industria en enero, la falta de una política pública para impulsarla y la dependencia económica de Estados Unidos hacen difícil que se remonte la debilidad económica de México.

El desempeño de algunas variables económicas durante los primeros meses del año contrasta con el entusiasmo mencionado. Reflejo de ello es la actividad industrial, que en el primer mes de 2014 presentó un crecimiento de apenas 0.7 por ciento respecto enero de 2013. La construcción aún observa un desempeño negativo, con una contracción de 2.5 por ciento en enero, aunado a que no logra revertir su tendencia a la baja. Por otro lado, la inflación reportada en febrero fue de 4.2 por ciento, todavía por encima de la meta del Banco de México (de más/menos 3 por ciento), donde los energéticos aumentaron 10.1 por ciento, situación que impacta tanto al transporte de los individuos como de las mercancías, lo cual a su vez se traduce en un menor poder de compra de los mexicanos, enlista el CIEN en su análisis semanal.

El IDIC, que dirige el investigador José Luis de la Cruz, asevera que la debilidad exhibida durante los últimos meses del año pasado se mantiene en este comienzo de 2014. Durante el primer bimestre la actividad productiva y las expectativas de empresas y personas muestran una tendencia negativa, síntoma que no debe desatenderse.

Será necesario, apunta el CIEN, implementar medidas que impulsen el desempeño de la actividad industrial de tal forma que regrese la confianza tanto a los productores como a los consumidores, actores claves de la evolución de la economía.

El IDIC acusa que el gasto del gobierno federal ejercido durante enero no fue suficiente para compensar la tendencia negativa de la construcción, sector que puede ser motor de desarrollo para el país, pero que se mantiene por debajo de su capacidad potencial, ya que las obras de ingeniería civil cayeron 10.5 por ciento y la edificación retrocedió 0.7 por ciento.

Insiste en que las reformas estructurales ya aprobadas deben complementarse con políticas públicas que ayuden a reconstruir el sector productivo mexicano, de otra manera rebasará el alcance de las estrategias delineadas en los programas oficiales. La industria requiere una política económica que atienda la desaceleración en la que se encuentra, puntualiza al recordar que el año pasado México recibió una señal de lo complicado que es ir contra la inercia si no se emprenden acciones transformadoras que incidan en la economía.

El instituto califica de un error que se considere que la importación de insumos intermedios hace más competitiva la economía nacional, cuando con dicha estrategia se han desarticulado las cadenas productivas y mermado la calidad del empleo, propiciando un mercado interno débil.

El sector de la construcción constituye el mejor ejemplo de lo anterior: el crecimiento que experimentó al inicio del nuevo milenio, hoy se ve revertido por una crisis que lo ha llevado a niveles similares a los registrados durante el inicio de 2008, cuando la recesión económica lo sumió en una fase negativa que hoy le impide ser motor del crecimiento económico, sentencia el IDIC.