Un incremento en la actividad de defraudadores bancarios provocó que una décima parte de los préstamos vencidos en tarjeta de crédito correspondan a operaciones relacionadas con personas o grupos de delincuentes organizados que intencionalmente buscaron provocar un quebranto a las instituciones, aseguraron este martes expertos en tecnologías de seguridad para el sistema financiero.

Uno de los medios que comenzaron a ser utilizados para combatir este delito es el seguimiento de las redes sociales que utilizan personas que cometen fraudes, al no pagar en tiempo y forma sus créditos, contra los bancos y compañías de seguros, reveló Raquel Guillot, responsable del área de control de fraude en América del Norte de SAS, empresa especializada en seguridad electrónica con presencia en 139 países.

En las acciones para prevenir fraude, las empresas que proveen sistemas de seguridad al sistema financiero y las propias instituciones han desarrollado herramientas para detectar personas vinculadas con quienes han cometido un fraude con productos bancarios o de seguros, dijo Guillot. Se trata de analizar vínculos, si una persona que cometió un fraude está vinculada con otra, si en algún trámite han proporcionado el mismo número de teléfono o dirección, detalló.

En México, el principal riesgo de fraude en las operaciones con los bancos tiene que ver con las tarjetas de crédito, comentó Stu Bradley, director global de práctica de fraudes y crímenes financieros de SAS. Parte del problema es que las instituciones finanancieras no son buenas en medir toda la complejidad de los avances que tienen, expuso.

Un ejemplo tiene que ver con el reforzamiento de las medidas de seguridad en tarjetas de crédito. La totalidad de los plásticos que se utilizan en México han sido reforzados con un chip de seguridad adicional a la banda magnética para proteger de falsificación o clonación. Sin embargo, junto a esta acción se ha dado un crecimiento en las operaciones de compra por Internet, en las que las medidas de protección de datos de las tarjetas no son eficientes, añadió Bradley.

“La industria bancaria trabaja mucho en prevención de fraudes. Pero 28 por ciento de sus transacciones son por Internet, donde el chip no sirve como medida de prevención”, apuntó Guillot.

Bradley expuso que 10 de cada 100 pesos que los bancos tienen registrados como créditos no pagados en realidad corresponde a operaciones fraudulentas realizadas por una persona que intencionalmente decidió soicitar una tarjeta a sabiendas de que no la iba pagar, como por grupos de delincuencia organizada que a partir del robo de identidad o la suplantación de identidad con documentos falsos va obteniendo líneas de crédito con tarjeta.

Uno de los riesgos para México tiene que ver con el reforzamiento de los controles antifraude en otros países de la región, dijo Bradley.

Esto es como un globo lleno de agua. Si ustedes lo oprimen de un lado, el agua va para el otro, ejemplificó. Por eso el riesgo para México es que países como Estados Unidos, Canadá o Brasil han hecho un buen trabajo de prevención y de utilizar tecnología. Se ha probado una y otra vez que los defraudadores van a ir al punto que sea más fácil para lograr su objetivo, apuntó.