La cruzada contra el hambre y votos en el DF
Reuniones de Mancera y Ebrard
s algo más que la búsqueda de una fórmula para hacer menos pesada la desigualdad en la ciudad de México, ojalá y así fuera; pero no, para los jefes delegacionales los planes que advierten que ahora sí llegará la cruzada contra el hambre a la capital del país, son la envoltura, el caballo de Troya con que el PRI pretende justificar algunos triunfos políticos en el DF.
Sí, es verdad que ahora hay registradas poco más de cien mil personas que no pueden alimentarse ni una sola vez al día; es decir, que pasan muchas veces más de 24 horas sin probar alimento, porque no tienen dinero para comprar lo indispensable, y que significan, en términos de la política actual, votos que pueden ser comprados por el priísmo, que es el que más tiene, pero eso no es todo.
Quedarse en la compra de votos no haría seguramente la diferencia. Esos sufragios comprados hacen falta para justificar lo otro: el fraude que se construye y que da certeza al haiga sido como haiga sido. Y es que en el DF, por más que las cifras sean escandalosas y el problema grave, no se compara con algunas otras zonas del país que sí requien de la ayuda del gobierno federal, la cual nunca llega.
Para ponerlo en cifras: en el DF, según el Coneval, 1.7 por ciento de la población de las 16 delegaciones presenta pobreza extrema. Esos son los más de 150 mil habitantes que están ahora en la mira del Gobierno del DF para ingresar a un programa que se llamará Aliméntate, que estará a cargo de la Secretaría de Desarrollo Social, por lo que no se justificaría que el PRI y su cruzada entraran a la ciudad de México.
Ayer, el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, se preguntó, en voz alta, qué tanto sirve el salario mínimo
para, como señala la Constitución, ser remunerativo, es decir, compensar con suficiencia el trabajo realizado, seguramente para comprender qué tanto pueden servir los programas sociales a quienes viven con ese salario, o menos, y no hay que ir muy lejos para responder a la pregunta, aunque no a los alcances de la ayuda. No, el salario mínimo no sirve ni para sobrevivir, por lo que la labor social del gobierno de la ciudad, es fundamental para la sobrevivencia.
Y ahí está el programa, por eso los delegados se preguntan por qué se quiere, otra vez, instalar el programa federal si no es con la intención de lograr controles políticos que requiere el PRI para tratar de ganar terreno en las elecciones internedias del próximo año, y esto porque ya saben que el tiempo apremia, y si no es desde ahora, nadie creerá en el triunfo ficticio que se pretende alcanzar.
Es más, hay quien asegura que el PRI ya logró acuerdos políticos con el gobierno de la ciudad, y que éstos van en el sentido de permitir al partido en el gobierno federal colarse en cuando menos la mitad de las delegaciones que quieren para preparar la elección general de 2018, cuando pretenden regresar al gobierno central del DF.
Todo ello para permitir que el DF logre tener una Constitución propia, pero si eso es moneda de cambio, más vale no hacerlo, porque en manos del PRI esos pobres a quienes se pretende comprar el voto, seguirán sobreviviendo a su situación sin puerta de escape, y ellos y los demás habitantes de la ciudad de México sabrán de dónde provino tan despreciable acuerdo, si es que eso es cierto. Ojalá y no.
De pasadita
La reunión que les platicamos entre Miguel Ángel Mancera y Marcelo Ebrard, que sucedió el martes antepasado, no ha sido la única. Cuentan que la relación entre ambos personajes ha sido continua para diferentes cosas.
Y aunque se asegura que el tema de los problemas partidistas no está en la agenda de esos encuentros, hay quienes no creemos que entre dos personajes de tanta importancia para la ciudad, las pláticas no vayan más allá de la línea 12 del Metro, sería un desperdicio.