Sao Paulo, 3 de marzo.

A Brasil le queda poco tiempo. El martes comenzará la cuenta regresiva de los últimos 100 días para el Mundial y aún hay mucho que hacer en los estadios y la infraestructura de las 12 subsedes.

Mientras las selecciones inician la fase final de su preparación con una serie de partidos amistosos, el gobierno brasileño trata de asegurarse de que el país estará listo para recibir a jugadores y visitantes en junio y julio.

Si bien Brasil tuvo siete años para prepararse tras conseguir la sede en 2007, hay cuatro estadios en obras y los trabajos en las zonas aledañas a dichos inmuebles distan mucho de estar terminados. También hay dudas sobre si todas las ciudades estarán en condiciones de montar los festivales para aficionados, o fanfests, que requiere la FIFA.

Cien días es bastante tiempo, pero no tanto si quedan cosas por hacer, declaró el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, en la página web del organismo. Sin embargo, todos los problemas están bajo control y tendremos un arranque excepcional de un torneo excepcional, predijo.

Es probable que no se hayan finalizado los trabajos en varios aeropuertos y muchos proyectos de renovación urbana que se estrenarían para el Mundial.

Se programaron pocos actos para recordar que faltan 100 días. En algunas ciudades se iluminarán varios edificios tradicionales con los colores de la bandera brasileña. Las obras siguen a ritmo intenso y las autoridades admiten que no hay tiempo que perder.

Brasil prometió que los 12 estadios estarían listos para finales del año pasado. No obstante, sólo pudo entregar seis para esa fecha. Y en dos cosos, incluido el que albergará el partido inaugural entre Brasil y Croacia en Sao Paulo, se trabajará hasta mayo. El torneo comienza el 9 de junio.

La FIFA esperaba que el estadio paulista Itaquerado estuviera listo a mediados de abril, pero no estará terminado antes del 15 de mayo. El otro estadio muy demorado es el de Curitiba.