Para el escritor Ignacio Solares, escribir novela histórica le permite trabajar en el terreno de lo supuesto, pero también de lo factible. Así lo explicó en la presentación de su novela Un sueño de Bernardo Reyes (Alfaguara), como parte de las actividades de la 35 edición de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM).

Respecto de por qué eligió escribir sobre el militar porfirista, Solares comentó que le han propuesto hacerlo sobre otras figuras históricas, como Emiliano Zapata, Álvaro Obregón o Porfirio Díaz, pero por desgracia no puedo escribir sobre un personaje histórico a partir de una consigna. Al personaje debo sentirlo, enamorarme, encontrar un rumbo que me acerque a él, como fue el caso de Reyes y de otras figuras históricas.

Explicó que hay que partir de los datos duros y cómo es que el novelista puede llenar con la imaginación los huecos que deja la historia, ya que no se puede inventar cualquier cosa que no sea creíble.

El autor de La noche de Ángeles; Madero, el otro; El gran elector, y El jefe máximo, también comentó que a partir de que Reyes padecía de malaria, enfermedad que adquirió en campaña y que le provocaba altas temperaturas, lo cual no le permitía dormir o le causaba pesadillas, se introdujo como novelista e imaginó las pesadillas.

Acompañado por el editor Ramón Córdoba y tras destacar los altos valores morales de Bernardo Reyes, como su lealtad a Porfirio Díaz y su amor a la patria –algo que hoy es difícil de entender– y en el terreno de lo supuesto y de lo factible, Solares explicó y definió al militar porfirista como un loco que tenía razón. Reyes enloqueció de manera inconsciente y hasta diría inocente.

Como novelista se preguntó entre otras cuestiones qué hubiera pasado si Bernardo Reyes se propone como candidato a la Presidencia, en lugar de atacar Palacio Nacional, en contra de Francisco I. Madero, momento en el que fue acribillado y que Solares interpretó como suicidio.

Hubiera evitado la guerra civil a la que nos llevó Madero con su debilidad, dijo Solares, quien concluyó que hoy día, por los valores morales que encarnaba dicho personaje, no hay duda de que faltan Bernardos Reyes.