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Apuntes postsoviéticos

Triste final

E

l destituido presidente de Ucrania, Viktor Yanukovich, protagoniza el triste final de su carrera política y, si logra evitar la cárcel, será recordado por sus compatriotas como un corrupto que huyó a Rusia tras saquear el país.

No supo manejar la crisis y, tras despreciar las multitudinarias protestas desde noviembre anterior, primero pacíficas y luego violentas, pospuso negociar un arreglo político y, a los tres meses, terminó por entregar todo el poder a la oposición.

Fracasó en hacer promesas para no cumplirlas y ganar tiempo, su táctica habitual. Yanukovich se quedó solo, cuando se vinieron abajo los tres factores que lo mantenían en la presidencia: Rusia, los diputados del oficialismo y los grandes magnates del este de Ucrania.

Rusia consiguió una victoria pírrica cuando Yanukovich suspendió la firma de un acuerdo de asociación con la Unión Europea (UE), al ofrecer adquirir 15 mil millones de dólares en deuda ucrania (a la fecha, sólo dio 2 mil millones) y rebajar el precio del gas, sin obtener garantías de que Ucrania se incorporaría a la Unión Aduanera que promueve Moscú.

El Kremlin recurrió al chantaje y amenazó con cerrar su mercado a las exportaciones ucranias y puso trabas en la aduana, comportándose con prepotencia y mostrando falta de información esencial. No previó que, presionado por la UE, Yanukovich iba a ceder a todas las exigencias de la oposición, y mandó a Kiev –ya tarde– a un representante de bajo nivel.

El acuerdo que se firmó el 21 de febrero, que tanto Yanukovich como Rusia dicen que se incumple, se convirtió en papel mojado cuando desapareció el contexto en que surgió –por un lado, una oposición con respaldo multitudinario de la calle, incluidos grupos ultranacionalistas y de extrema derecha armados y, por el otro, un presidente con mayoría en la Rada– como salida pactada del impasse en Ucrania.

Entonces se produjo el cambio más dramático –en el sentido de doloroso y definitivo– para Yanukovich. Sucedió lo impensable: 74 diputados abandonaron el oficalismo y crearon una nueva correlación de fuerzas en la Rada con dos tercios de los votos que legitima cualquier decisión.

¿Traicionaron esos diputados a Yanukovich? Más bien, optaron por defender sus intereses económicos cuando éste huyó a Rusia: en la bancada oficialista había una veintena de diputados que figuran en la lista de multimillonarios de la revista Forbes, sin contar el elevado porcentaje de hijos, hermanos y cónyuges de funcionarios que son legisladores y quieren conservar sus negocios.

También cambiaron de bando los numerosos diputados que representan a los grandes magnates del este, que no quieren poner en riesgo sus propiedades y cuentas bancarias en el exterior, y se deslindaron del depuesto mandatario.

Yanukovich se tardó casi una semana en dar la cara y decir que todavía es el presidente legítimo de Ucrania, sin asimilar que ya ha despilfarrado lo poco que le quedaba de credibilidad.