Madrid, 27 de febrero.

La mayoría absoluta del conservador Partido Popular (PP) fulminó hoy en un debate de dos horas el precepto de justicia universal de la legislación española, que una vez superados los trámites parlamentarios quedará reducida a su mínima expresión y pondrá fin a una tradición que obtuvo, entre otros logros, la detención en Londres del ex dictador chileno Augusto Pinochet.

La sesión se realizó por la vía de urgencia, apremiado el gobierno de Mariano Rajoy por el malestar del régimen chino ante la última decisión adoptada por un tribunal español con base en esta legislación, que fue la orden de detención del ex presidente Jiang Zemin y la cúpula de su gobierno por el genocidio en Tibet.

Fue un debate de trámite en el que el PP aplicó su rodillo parlamentario para tumbar uno de los preceptos jurídicos que más orgullo trajo al sistema judicial.

El reconocimiento de la justicia universal como un derecho a perseguir el delito donde ocurriera y sin prescripción en el caso de los delitos de lesa humanidad permitió perseguir desde la Audiencia Nacional de España las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet, las desapariciones forzadas de la dictadura argentina, el genocidio de la población maya de Guatemala o las mmatanza en Bolivia durante el régimen de Hugo Bánzer.

Con 178 votos a favor –todos del PP más uno del conservador Unión del Pueblo Navarro– y 136 en contra, el gobierno de Rajoy eliminó los criterios esenciales de la justicia universal en la legislación española, que a partir de ahora sólo perseguirá delitos que se perpetren en el exterior, pero en el que la víctima sea de nacionalidad española.

Los fiscales españoles y la mayoría de asociaciones de jueces del aparato judicial tildaron la medida de una vergüenza, que supone un día triste para la justicia.