Viernes 28 de febrero de 2014, p. 9
Río de Janeiro. Millones de brasileños volverán a ocupar a partir de hoy las calles de las grandes ciudades pero, a diferencia de lo que ocurre rutinariamente desde junio pasado, no lo harán para protestar, sino para celebrar el Carnaval, la más grande fiesta popular del país sudamericano. El desfile de este año tendrá un sabor especial, ya que marca los 30 años de creación del Sambódromo, la bella estructura ideada por el fallecido arquitecto Óscar Niemeyer para recibir los desfiles carnavalescos, y que durante el resto del año también funciona como escuela pública para niños. Según el calendario oficial, a partir de la noche del viernes y hasta la madrugada del miércoles próximo, los brasileños abandonarán sus actividades rutinarias para entregarse totalmente a las celebraciones en las calles. Pero, en realidad, la fiesta ya empezó hace dos semanas, principalmente en Río de Janeiro, donde centenares de blocos (comparsas) se presentaron en varios barrios durante el fin de semana. Los temas políticos no estarán presentes en el desfile oficial, pero sí en las calles. Muchos de los jóvenes que salieron ya a las calles en Río lo hicieron con las caras cubiertas y vestidos en negro, en una referencia a los black blocs
, los grupos anarquistas surgidos durante las masivas protestas populares de junio pasado.