La reforma profunda del campo está orientada a relanzar a la propiedad social para adaptarla a la realidad global y fortalecer su productividad, sostuvo Jorge Carlos Ramírez Marín, secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), al inaugurar el tercer Intercambio Internacional de Gobernanza de la Tierra.

Ante Aldemar de Almeida Lopes, secretario de Reordenamiento Agrario del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente de Brasil; Manuel Chabalgoity, director de Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente de Uruguay, y Mariana Uria, directora nacional de Tierras y Unidades Agropecuarias del Ministerio de Agricultura de Argentina, el titular de la Sedatu dijo que el desafío de la institución es revisar, actualizar, innovar y hacer valer las reglas que incluyan y concilien las realidades comunitarias y sus potencialidades sobre el territorio mexicano.

Expuso que la gobernanza de la tierra en el país tiene diversas vertientes, pues 52 por ciento de la superficie es propiedad social, pero hay que atender el relevo generacional, sólo una tercera parte de los jóvenes se integran al ejido; la desigualdad de género –únicamente tres de cada 100 mujeres rurales son autoridades en sus ejidos–, y la baja productividad del sector primario, ya que aun cuando 13.9 por ciento de las personas con empleo se dedican al sector primario, únicamente aportan 3.5 por ciento del producto interno bruto (PIB).

Ante ello, abundó, la Sedatu busca que las acciones que realiza sean tiros de precisión para reducir las asimetrías entre grupos sociales y regiones, para aprovechar la tierra en todos sus usos. Por primera vez, asentó, los asuntos de la tierra son pensados por científicos sociales, quienes asumen el reto de proponer nuevas herramientas para el desarrollo.

Además, el gobierno propuso una reforma del campo, que incluye una mejor distribución del agua, mayor equidad en el uso de la tecnología y la disposición de mayores fuentes de financiamiento.