El consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Marco Antonio Baños, sostuvo que el organismo será, hasta su último día de actividades, un aliado de la transición al Instituto Nacional Electoral (INE), un facilitador del nuevo modelo de democracia, que ha alcanzado el consenso de las fuerzas políticas y hoy es una realidad constitucional que todos debemos observar.

Al aprobarse el esquema de transición administrativa hacia la nueva institución, Baños aprovechó la sesión del Consejo General para reiterar puntos técnicos sustanciales a disipar en la legislación secundaria.

Entre ellos, destacó analizar los escenarios para fortalecer la credencial para votar con fotografía como documento de identidad de los ciudadanos, con medidas de seguridad para la protección de datos personales.

En la que seguramente será la última sesión ordinaria que efectúe el IFE en su historia, también se avaló la ratificación del acuerdo para la rotación de la presidencia del IFE, con la salvedad que está circunscrito a dos periodos, uno con Benito Nacif del 4 de marzo al primero de abril, y otro con María Marván –quien sería la última presidenta del IFE– del 2 de abril al 6 de mayo.

Al justificar la renovación de este acuerdo, Baños aseguró que es un mecanismo que ha resultado eficiente para mantener el buen funcionamiento del IFE.

El secretario ejecutivo del IFE, Edmundo Jacobo Molina, al explicar los alcances del acuerdo para la transición administrativa hacia el INE, subrayó que la actividad institucional continuará de manera ininterrumpida y los derechos de los trabajadores estarán protegidos.

Aseguró que el propósito de las bases (para la transición) es elaborar un documento que describa el estado en que se encuentran los recursos financieros, materiales y humanos, así como los derechos y obligaciones y los asuntos en trámite del IFE que pasarán a formar parte del INE.

Si bien el acuerdo fue aprobado de forma unánime por los cuatro consejeros, fue objetado por el blanquiazul, cuyo representante, Rogelio Carbajal, solicitó que exista mayor difusión de los avances en el proceso de transición, y por el PT, que cuestionó las facultades del IFE para aprobar ese documento.

El consejero Lorenzo Córdova sostuvo que esta transición no representa sólo un cambio de nombre, sino una modificación institucional y de personalidad jurídica. Dijo estar convencido de que el buen nacimiento del INE depende de la actuación de múltiples actores, por no decir también de múltiples factores.

Está condicionado al acompañamiento entre partidos, Congreso e IFE para que la elaboración de la legislación secundaria se haga a tiempo y bien, sostuvo, y agregó que también depende de la designación oportuna y bien conducida de los futuros consejeros del INE.

Destacó no sólo las necesarias acciones administrativas, sino también el desahogo del mayor número de quejas posibles, porque es nuestra obligación dejar los instrumentos necesarios para que el INE cuente con una plataforma de arranque sistematizada, ordenada y clara.