Bruselas, 24 de febrero.

La Unión Europea (UE) y Brasil se comprometieron hoy a impulsar un acuerdo de libre comercio entre Europa y el Mercosur, y a tender una conexión transoceánica de cable de fibra óptica desde Lisboa a Fortaleza para reducir la dependencia de las conexiones con Estados Unidos, luego del escándalo por el espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés).

El acuerdo ocurrió durante la séptima cumbre de la Asociación Estratégica UE-Brasil, que se celebró aquí con participación de la presidenta Dilma Rousseff.

La mandataria brasileña señaló que el proyecto de 185 millones de dólares es clave para garantizar la neutralidad de Internet, y subrayó su deseo de blindar de la vigilancia estadunidense el tráfico de la red en su país, en una conferencia de prensa conjunta con los presidentes de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y el Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.

Internet es una de las mejores cosas que el hombre ha inventado. Así que coincidimos en la necesidad de una garantía de neutralidad de la red, un área democrática donde podamos proteger la libertad de expresión, afirmó la presidenta.

Rousseff canceló el año pasado una visita de Estado a Washington en protesta por el espionaje de la NSA a su correo electrónico y teléfono, y ahora busca rutas alternas para Internet.

Brasil depende de cables submarinos estadunidenses para casi todas sus comunicaciones con Europa. La única conexión directa es vieja y sólo es usada para comunicaciones de voz.

Los líderes de la UE están a favor de la iniciativa de Brasil, luego de que documentos filtrados en 2013 por el ex contratista de la NSA Edward Snowden, refugiado en Rusia, mostraron que la agencia espió también a la canciller federal alemana Angela Merkel y a instituciones europeas.

Según el plan, el cable submarino de fibra óptica sería tendido por una sociedad conjunta entre la telefónica brasileña Telebras y la empresa española IslaLink Submarine Cables.

La relación con la UE es fundamental para Brasil, que quiere ampliarla, dijo Rousseff, al término del encuentro con Van Rompuy y Barroso.

Nunca vi tan cerca la posibilidad alcanzar un acuerdo entre la UE y el Mercosur, dijo Rousseff, aunque sin aventurar fechas sobre la conclusión de las negociaciones que iniciaron en 2000 pero estuvieron paralizadas entre 2004 y 2010.

Barroso precisó que las dos partes acordaron pedir a los negociadores, que se reunirán el próximo 21 de marzo, que analicen las condiciones para hacer el primer intercambio de ofertas desde 2004.

El Mercosur está integrado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela, aunque este último país no presentará ofertas para un acuerdo con la UE, porque todavía está adaptando sus normas al bloque.

Las negociaciones siempre tropezaron con los reclamos de los países sudamericanos de una mayor apertura de los mercados agrícolas de Europa, que espera a su vez más espacio para sus productos industriales.

El intercambio de ofertas, dijo Barroso, permitirá ver el nivel de ambición de ambas partes y Van Rompuy destacó la necesidad de un acuerdo ambicioso, amplio y equilibrado.