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Es un bestiario, una serie de fábulas en sentido clásico, considera Hermann Bellinghausen

Presentan el libro Animales de papel con textos de Berger, en la feria de Minería

Las creaciones breves del escritor británico dialogan con las imágenes de la pintora Atziri Carranza

 
Periódico La Jornada
Sábado 22 de febrero de 2014, p. 6

Una suerte de bestiario fantástico, una bitácora de seres míticos y extraordinarios, un espejo que habla de lo humano a partir de lo bestial es lo que puede encontrarse en el libro Animales de papel, donde textos del reconocido artista e intelectual británico John Berger dialogan con las imágenes de la pintora mexicana Atziri Carranza.

Así lo sostuvieron el editor Ramón Vera, el poeta y periodista Hermann Bellinghausen y el pintor Gabriel Macotela durante la presentación de este volumen publicado por Ítaca y La Cabra Ediciones, la cual tuvo lugar la noche del jueves en la edición 35 de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.

El origen de esta obra, contó Ramón Vera, quien es uno de los principales traductores de Berger al español, se remonta a 2007, cuando el polifacético creador y pensador inglés hizo un viaje a México y de manera incidental se topó con las imágenes realizadas por la pintora mexicana, a partir de lo cual se le ocurrió hacer el libro.

Es un texto muy interesante porque es un diálogo de los animales entre sí, una especie de fábulas contemporáneas con toda la tradición y filosofía antiguas, sostuvo.

Por visibilizar a los animales

Hermann Bellinghausen, colaborador de La Jornada, resaltó que el interés de Berger por los animales, por hablar de ellos, no es algo nuevo e incluso recordó que cuenta con una novela, King (Alfaguara), en la que un perro es protagonista y relata él mismo su historia.

Uno puede aprender de los animales porque, como dicen los fabulistas, ellos saben. Los que aparecen en este libro son muy expresivos, eso impresionó a John Berger y le permitió escribir algo, indicó.

Este libro es una forma de acercarse a ellos, un bestiario, una serie de fábulas en el sentido clásico; los que aquí se aprecian son más que retratos, son autorretratos de quienes se miran en los animales, porque éstos son reflejo de lo que somos. Por eso creo que Berger es un hombre bueno.

Atziri Carranza explicó que dibujar animales es para ella una especie de reconocimiento de esos seres vivos, una forma de hacerlos visibles luego de que los humanos los hemos sobajado y puesto a nuestro servicio.

Lo que busca con sus imágenes, explicó, es destacar que ellos son nuestros compañeros en el planeta, nuestros hermanos no sólo en el sentido poético, sino en términos literales.

Hay que hablar de los animales, darles su pauta y reconocerlos. Lo que hacen ellos, en el fondo, es lo mismo que nosotros. No hay gran diferencia, por ejemplo, entre nuestras conductas amorosas y las de ellos; tampoco en las cuestiones de jerarquía. Me parece que son unos maestros, me maravillo profundamente de ellos, dijo.

En este caso pinto animales por necesidad, por hacerlos visibles. Es fundamental prender un foco rojo y darnos cuenta que es urgente darles su lugar, porque ellos tienen uno que les hemos ido quitando poco a poco, los hemos ido orillando hacia su exterminio. En esta dinámica voraz, en esta carrera ecocida los seres humanos nos estamos perdiendo y a punto de devastar el planeta, no sólo de animales, sino de nosotros mismos como especie.

Entre otros aspectos, la pintora precisó que si bien en un principio había pensado en realizar sus imágenes a color, al final se decidió sólo por la tinta en blanco y negro porque son tonalidades que le daban todo el contenido expresivo que necesitaba, una especie de piedra en la que pudo esculpir de manera fiel las formas y los rasgos que le interesaba resaltar.

Una de las particularidades de Animales de papel, según los presentadores, es que los textos de John Berger, breves, están escritos en español, inglés y francés; se trata de una pieza de arte objeto, no sólo para ser leída, sino para ser apreciada y disfrutada como tal.