Deberá tomar antidepresivos y ansiolíticos y evitarle cualquier acercamiento al mar
Sufre un estrechamiento
entre vértebras lumbares, pero no requiere cirugía de momento
Martes 18 de febrero de 2014, p. 34
San Salvador, 17 de febrero.
El náufrago salvadoreño José Salvador Alvarenga, quien asegura que sobrevivió más de un año a la deriva en el océano Pacífico, debe permanecer alejado del mar y ser tratado con medicamentos durante al menos seis meses, dijo este lunes una fuente médica.
“Vamos a recomendar a la familia evitarle cualquier cercanía con el océano. No solamente mirarlo, sino también el sonido e incluso el olor del mar puede hacerle un flashback (retrospectiva), traer los recuerdos de toda la tragedia que sufrió”, aseguró en rueda de prensa el médico que lo atiende, Yeerles Ramírez.
Ramírez, director del estatal hospital San Rafael en la ciudad de Santa Tecla (10 kilómetros al oeste de San Salvador), donde Alvarenga permanece internado, indicó que será necesario
mantener al náufrago en tratamiento sicológico ambulatorio por al menos seis meses.
En tanto, el siquiatra Ángel Fredi Sermeño indicó que al salir del hospital, en fecha aún no precisada, Alvarenga estará en tratamiento con antidepresivos y ansiolíticos. Los médicos determinaron que el náufrago padece talasofobia o miedo al mar.
Este lunes, un neurocirujano evaluó una resonancia magnética practicada al náufrago el viernes pasado, en la que se evidenció que sufre de un estrechamiento
entre un par de vértebras lumbares, pero que de momento no requiere de una cirugía y puede ser tratado con antinflamatorios y calmantes para el dolor, agregó Ramírez.
Será sometido a nuevas evaluaciones
El director del hospital San Rafael señaló que este lunes estaba prevista una nueva evaluación a Alvarenga, pero solamente efectuada por siquiatras y sicólogos, ya que en el plano físico está en buen estado
.
Ramírez dejó en claro que si bien el náufrago es sometido aún a exámenes, ya puede pedir el alta médica y el hospital tendría la obligación de otorgársela.
Según el relato del náufrago, en diciembre de 2012 salió de la costa mexicana del Pacífico, donde vivía como indocumentado, a pescar tiburones junto a un colega mexicano de 24 años, pero la embarcación se averió y quedaron a la deriva.
El hombre contó que sobrevivió comiendo gaviotas y pescado crudos, y bebiendo sangre de tortuga y su propia orina; pero que su compañero de pesca murió a los cuatro meses, incapaz de soportar esa dieta.
El 30 de enero, el náufrago apareció en el atolón Ebon, en las Islas Marshall (región de Micronesia), a 12 mil 500 kilómetros de donde zarpó inicialmente. El 11 de febrero llegó repatriado a El Salvador.