Actualmente se produce arte a partir del arte. Es un círculo de consumo bastante grotesco para mí y que conceptualmente no lleva mucho. Hay que hacer un regreso a temas reales, a lo que somos, a cuestiones humanas. Entiendo el arte como un dispositivo político, y a partir de eso trabajo, expresa el artista visual Ricardo Cárdenas (México, DF, 1981).

Para su primera exposición individual, Fantasmagorías, que el jueves 13 llegó a su fin con una charla en la Academia de San Carlos, Cárdenas retomó un juego decimonónico para hablar de este fantasma que es la violencia que sabemos existe, aunque para muchos de nosotros no es directamente palpable en nuestra cotidianidad.

Fantasmagorías consta de la instalación Aparición forzosa, formada a partir de 22 imágenes del rostro de algunas de personas desaparecidas durante la guerra sucia de los años 60 y 70 del siglo pasado. Cárdenas encontró las imágenes en archivos públicos de organizaciones no gubernamentales, o de los familiares de las víctimas.

A partir del archivo digital hizo el registro físico en negativo para usar la técnica del carbón. El negativo se tuvo que hacer al tamaño de la pieza y están impresos sobre vidrio. Los retratos, que representan a los más de 500 desaparecidos por el gobierno, están colocados sobre pedestales que a su vez mantienen un foco LED con aumento que permite la proyección amplificada de la imagen sobre la pared. Hay un circuito con 12 combinaciones diferentes. También los tiempos son variables, así que el programa decide aleatoriamente cómo hacer la combinación, por lo que nunca se verá la pieza de la misma manera.

Montada en una pequeña sala semioscura a la entrada del recinto, el artista también hizo alusión al tzompantli, altar prehispánico de cráneos, a la manera de memorial. Prácticamente todo mi trabajo reciente en las instalaciones surge a partir de hacer memoria, de hacer presencia, de dejar huella, explica.

Seleccionó estos 22 retratos en particular, porque tenían el contraste suficiente para permitir distinguirlas. Pero también quiso presentar al luchador social no nada más como el estudiante o el joven rebelde, sino como las madres que estuvieron en los movimientos en apoyo a sus hijos, las personas mayores, los oficinistas, para dejar ver que la lucha social es parte de la naturaleza humana y una labor muy digna en la búsqueda de los derechos humanos.

Cárdenas estudió en la Escuela Activa de Fotografía, luego, ingresó a la Escuela Nacional de Artes Plásticas, donde cursó la carrera de Artes Visuales. Actualmente cursa el programa educativo en SOMA. Para su tesis de licenciatura hace siete años, empezó a investigar la violencia. Lo que no le hizo click fue presentar la violencia de manera muy específica, entonces, buscó “otro tipo de estrategias que fueron efectivas y no choqueantes de manera inmediata para abordar el tema”.

Con Fantasmagorías se inicia una revisión histórica, porque hasta entonces el artista trabajaba sólo con la historia reciente de México, cuestiones de narcotráfico y toda esta violencia. Sin embargo, le empezaron a interesar estos aspectos de la imposición gubernamental, de la violencia de Estado, otras formas de gobierno que son más escondidas, tal vez. Así comencé a trabajar con el tema de los años 70, con los movimientos políticos y cuestiones estudiantiles.

De acuerdo con Cárdenas, los artistas de su generación muestran un acercamiento muy profundo al archivo, abordado de diferentes maneras: Hay interés por una vista al pasado, en resignificar archivos también.

Una instalación del artista fue seleccionada para la primera Bienal Universitaria de Arte y Diseño de la Uiversidad Nacional Autóoma de México, que se efectuará en marzo. También una obra suya participará en la próxima Feria Internacional del Libro de Artista en Guadalajara.