Cuautitlán Izcalli, Méx., 14 de febrero.

Rosi Orozco, presidenta de la asociación civil Comisión Unidos contra la Trata, exigió al Congreso de la Unión, que en el análisis de la ley de trata se priorice a las víctimas, que no haya simulación y que se cierre el paso a propietarios de giros negros que, con ingresos potenciales y despachos de abogados, puedan avasallar a las víctimas de prostitución involuntaria.

Exijo que los legisladores que van revisar la ley sean muy cuidadosos; primero que escuchen a las víctimas y no a los dueños de los giros negros, planteó al término de su participación en la campaña mundial contra la trata denominada Mil millones de pie, que se realizó en la explanada del palacio municipal de Cuautitlán Izcalli.

La activista planteó que la sociedad civil es la primera en querer el avance de la ley de trata, pero no permitirá retrocesos en la revisión de la misma, como la propuesta de la senadora panista Adriana Dávila (que al igual que otros legisladores que firmaron en favor de reformar la ley), pretende quitar derechos a las víctimas de trata.

Incluso –refirió– Alejandra Gil, lideresa de trata en Sullivan, detenida esta semana, buscó estar presente en la revisión de la iniciativa: yo vi a Alejandra Gil en el Senado cabildeando.

Orozco lamentó que despachos de propietarios de giros negros hayan participado y brindado asesoría en el cabildeo de la iniciativa; pero advirtió que aún no está dicha la última palabra.

Exigió una ley que dé prioridad y proteja los derechos de las víctimas, pues vemos que los cambios que hacen benefician a los grandes tratantes; lo más grave, es que vuelven a la dinámica de que la víctima va a tener que probar las cosas. O sea, una víctima de trata que está destruida, que fue tratada como esclava o esclavo deberá demostrar el engaño y violencia, lamentó la activista.

Exijo que, por favor, oigan a los papás y mamás de las desaparecidas, cómo se las llevaron, cómo están actuando, cómo estos papás han hecho investigación, de ir a meterse a los giros negros y tratar de encontrar a sus hijas, comentó.

Así, Rosi Orozco y el alcalde izcallense, Héctor Karim Carvallo, lograron reunir este viernes a más de mil 500 habitantes locales en la explanada del palacio municipal y dijeron basta a la trata y violencia contra las mujeres.