Sociedad y Justicia
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Padece estrés postraumático que haría prolongar su estadía en el hospital

No es recomendable que el náufrago salvadoreño se acerque a zona marítima

Aseguran médicos que aunque no padece delirios, le ha quedado una fobia al mar

 
Periódico La Jornada
Viernes 14 de febrero de 2014, p. 39

San Salvador, 13 de febrero.

El náufrago salvadoreño José Salvador Alvarenga, que presenta buen estado físico, padece de fobia al mar, por lo que no es recomendable que por ahora regrese al pueblo costero donde nació, estimaron este jueves los especialistas.

Alvarenga, de 37 años, quien llegó el martes a El Salvador desde Islas Marshall, donde fue rescatado el 30 de enero anterior, padece un estrés postraumático que puede prolongar su estadía en el hospital, declaró el siquiatra que lo atiende, Ángel Fredi Sermeño.

Le ha quedado una talasofobia, que es un miedo al mar, no quiere saber nada del mar, tiene una conducta evitativa, señaló.

Ante este diagnóstico no es recomendable por ahora que regrese a su natal Garita Palmera, un pueblo costero ubicado 118 kilómetros al suroeste de la capital, donde vive su familia y es esperado por los vecinos.

Sin embargo, el médico destacó que Alvarenga no padece delirios y no presenta trastorno mental grave.

El náufrago es atendido en el hospital público San Rafael, en Santa Tecla, al oeste de San Salvador, donde es acompañado por sus padres y su hija de 14 años.

El aislamiento y la situación de peligro afecta al individuo y puede hacer más lento el proceso de recuperación, destacó el jefe de Salud Mental del ministerio de Salud, Carlos Escalante. Es necesario ver la evolución de orientación, ver sus funciones intelectuales y de juicio y concentración para determinar si necesita una intervención terapéutica o farmacoterapeútica, señaló el funcionario.

Escalante valoró que Alvarenga ha mostrado una especial fortaleza sicológica ante la situación de aislamiento y de miedo permanente que vivió en el mar durante 13 meses.

El especialista recordó que El Salvador figura entre 15 países latinoamericanos donde se vive en un permanente estrés postraumático por la guerra civil que vivió (1980-1992) y por tragedias naturales como terremotos e inundaciones, lo que podría explicar la capacidad de superación que muestra el náufrago.

Tras hablar con Alvarenga el miércoles, la ministra de Salud, María Isabel Rodríguez, relató que varios barcos le negaron el auxilio al salvadoreño mientras estuvo en el oceáno. Nos contó cómo pasaron varios barcos, incluso cerca de él, pidió auxilio y no se lo quisieron conceder.

Alejado de la prensa desde el miércoles, Alvarenga pidió tranquilidad para recuperarse del trauma por lo que permanece en el hospital en un área aislada del resto de los pacientes, sólo acompañado por sus padres e hija, con quienes se rencontró la noche del martes.

A la prensa intentó dar una declaración el pasado martes al llegar al aeropuerto en silla de ruedas, pero la emoción le impidió hablar. En el hospital, Alvarenga se baña, camina y come con normalidad, informó el personal.

Según su relato, el salvadoreño salió en diciembre de 2012 a pescar tiburones en la costa mexicana del Pacífico, donde se había quedado viviendo cuando emigró hace unos 15 años, con la intención de llegar a Estados Unidos.

La lancha de siete metros de eslora en que se hizo al mar se averió y quedó a la deriva con otro pescador, un mexicano de 24 años que murió por negarse a comer pescado y aves crudos y a beber sangre de tortuga, como hizo él.