a verdad es que nací en Colombia, hijo de Luis Moya, notable escenógrafo de la época, quien por aquél entonces fungía como escenógrafo en la compañía mexicana teatral de los Hermanos Soler. Mi madre era una antioqueña muy joven que se casó con mi padre, cuando éste tenía 26 años y ella 17. Al terminar la gira, mi padre regresó a México con su esposa con un nuevo cargamento de: yo de apenas cumplidos dos años y una hermanita de brazos.

Y como señala la Constitución, es mexicano por nacimiento todo aquel nacido en el extranjero, pero con padre o madre mexicana, es mexicano por nacimiento (no por adopción ni naturalización, sino por nacimiento). Debe decirse también que nunca había pisado Medellín, la ciudad donde nací, y que apenas hace dos meses lo conocí al dar una charla en ese hermoso lugar.

La cultura colombiana estuvo presente siempre intensa, en mi casa por medio de la música, la comida, la cultura y la cantidad de personajes colombianos que por allí pasaron. Gracias a uno de ellos, el fotógrafo Guillermo Angulo, y a la pasión que mi madre tenía por la fotografía, abandoné la carrera de ingeniería que no me quedaba, y me hice fotógrafo, casi de casualidad. No me importa este trastoque de nacionalidades, pues la verdad es que yo me siento latinoamericano y lo mismo me interesa lo que pasa aquí, que lo que sucede en cualquier país de este oprimido continente al sur del río Bravo.