Sociedad y Justicia
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Las mujeres resienten el impacto emocional; en los hombres se suma la disfunción erectil

Obesidad afecta vida sexual; siete de cada 10 mexicanos adultos viven esa condición

El padecimiento genera problemas físicos, inhibición del deseo y rechazo al cuerpo: expertos

 
Periódico La Jornada
Miércoles 12 de febrero de 2014, p. 41

Siete de cada 10 mexicanos adultos tienen sobrepeso u obesidad y por lo tanto están en riesgo de ver afectada su vida sexual, pues dichos padecimientos duplican del riesgo de padecer disfunciones sexuales y generan inhibición del deseo, rechazo al propio cuerpo, baja autoestima e incluso imposibilidad para realizar algunas prácticas sexuales.

Claudia Rampazzo, terapeuta sexual y especialista en terapia familiar y de pareja, y Alberto Rodríguez, miembro de la Academia Mexicana del Estudio de la Obesidad, señalaron en conferencia de prensa que si bien el sobrepeso genera dificultades para relacionarse afectiva y eróticamente, no limita la posibilidad de dar y recibir amor o de enamorarse profundamente.

Pero las relaciones sexuales y afectivas sí se ven afectadas por los kilos de más, aunque este deterioro es diferente en hombres y mujeres. Ellas lo resienten principalmente como un impacto emocional, sin que sus funciones sexuales se vean afectadas. Según la especialista, un estudio realizado en 2008 en mujeres con sobrepeso concluyó que 68 por ciento de las participantes no se sentían atractivas y 63 por ciento no querían que las vieran desnudas, pero sólo 26 por ciento seguían pensando así tras un año de dieta.

Aunque los hombres también se ven afectados emocionalmente, sus problemas tienden a ser del orden físico, es decir, presentan disfunciones sexuales en mayor proporción. Con obesidad la testosterona se convierte en estrógenos en los tejidos grasos, lo cual puede generar cambios en el tamaño del pene y los testículos, crecimiento mamario, así como modificaciones en la distribución del vello en el cuerpo. Además, el tamaño del abdomen de hombres con esta condición dificulta la penetración, eso sin contar que con kilos de más aumentan entre 30 y 50 por ciento su riesgo de padecer disfunción eréctil.

La obesidad además trae consigo una baja en el deseo sexual y la pérdida de elasticidad en los músculos, dolor en las articulaciones y en la espalda, lo que dificulta realizar ciertas posiciones durante el coito.

Si subimos de peso, baja la frecuencia con que tenemos relaciones sexuales, señaló Rampazzo, e indicó que ello tiene repercusiones negativas en la vida en pareja. Cuando las personas se bajan de la cama se desvinculan, lo cual se debe a que ciertos neurotransmisores como la dopamina, que está vinculada con el apego que sentimos por los otros, se liberan durante el orgasmo, pero sin relaciones sexuales, ello no pasa.

Alberto Rodríguez, por su parte, dijo que dado que 91 por ciento de los pacientes sometidos a dietas estrictas las abandonan y que los programas de ejercicio de alto impacto representan riesgos para la salud, lo mejor son los tratamientos farmaco-nutricionales, con resultados medibles, esquemas amables de alimentación, ejercicio de bajo impacto y consumo regular de agua.