Los acuerdos adoptados por la clase política han marginado por ahora a la sociedad para decidir el rumbo del país y, más aún, con las más recientes contrarreformas en materia económica y energética han traicionado un proyecto de nación, señalaron diversos analistas durante el foro Alternativas para la izquierda mexicana, después de las reformas peñistas, organizado por La Jornada y Casa Lamm.

Durante el encuentro, los participantes coincidieron en que es necesaria la unidad de la izquierda para enfrentar estas nuevas reformas neoliberales que afectarán el presente y el futuro del país. Pero dicho proceso de unificación debe partir desde la base, ante la inviabilidad que se ha visto y las posturas asumidas por las cúpulas de los partidos de izquierda, afirmó Miguel Concha.

Concha indicó que por ahora la unificación de la izquierda no ha sido viable en función de los cálculos que realizan los dirigentes respecto de sus intereses partidistas y de poder.

Recordó que uno de los resolutivos del recientemente realizado Congreso Popular –conformado ante la inoperancia de la clase política– es impulsar esta unificación desde las bases.

La iniciativa del Congreso Popular es una acción opositora a estas reformas, frente a las postura de la clase política.

Jesús Ramírez Cuevas, quien participa en la construcción del Movimiento Regeneración Nacional, señaló que los alcances de las reformas neoliberales colocan en una situación muy delicada al país, en donde las alternativas de izquierda deben transitar entre la resistencia y un papel activo que les permita revertir esta decisión entreguista que impone una nueva legalidad neoliberal al servicio de las grandes petroleras trasnacionales.

Para José Antonio Almazán el proceso de reformas está aún inacabado, no porque falte la aprobación de las leyes secundaria en materia energética, sino porque falta que se exprese la sociedad. Aún falta la movilización social, puntualizó.