Compañías de cable lo retiran de su señal; casi seguro saldrá del aire
Martes 11 de febrero de 2014, p. 20
Moscú, 10 de febrero.
La campaña de acoso contra Dozhd (Lluvia), el único canal de televisión incómodo que hay en Rusia y que se permite críticas abiertas a las autoridades, continúa con renovada fuerza.
El más importante distribuidor de televisión satelital de paga, Tricolor TV, desconectó este lunes la señal de Dozhd a sus 9 millones 700 mil hogares abonados en todo el territorio ruso.
Con esta drástica medida rechazó el ofrecimiento del canal independiente de usar de forma gratuita su señal hasta finales del presente año, empleando para subsistir ese lapso los beneficios de 2013, el equivalente a 10 millones de dólares, en concepto de publicidad e ingresos vía distribuidores más pequeños y suscriptores de su acceso por Internet.
Tampoco han querido negociar la reanudación del servicio los otros cuatro grandes distribuidores de televisión, tanto por satélite como por cable, Beeline, Akado, NTV Plus y Rostelekom, que suspendieron las emisiones de Dozhd poniendo de pretexto una encuesta que contenía una pregunta desafortunada, la cual ponía en duda el heroísmo de los habitantes de Leningrado que murieron de hambre y frío durante el sitio impuesto por la Alemania nazi.
El pasado mes de enero Dozhd llegaba a 17 millones 400 mil hogares; con el corte de la señal por parte del quinteto de distribuidores, sólo cubre 2 millones de hogares. La pérdida de auditorio traerá, de modo inevitable, la retirada de los anunciantes, su principal fuente de financiamiento.
Por ello, los directivos de Dozhd tienen claro que, de mantenerse esta situación, tendrán que dejar de salir al aire como canal de televisión alternativo o volver a sus orígenes como portal de Internet, lo cual implica emprender un importante recorte de personal.
Dozhd empezó como un proyecto en la red de redes de la periodista Natalia Sindeyeva financiado por su marido, un próspero empresario ruso, y llegó a ser el segundo canal de televisión más citado por la prensa como fuente de información, sin recibir un rublo de los desmesurados recursos que destina el Kremlin para la propaganda oficial.
Tampoco recibe dinero del exterior, pues –a diferencia de otros medios de comunicación rusos– no ha vendido acciones a consorcios mediáticos de otros países y el sentido común sugiere que, si existiera la más mínima sospecha de que es financiado de manera encubierta por extranjeros, las autoridades ya lo habrían clausurado, sin necesidad de involucrar en el acoso a Dozhd a mujeres y hombres de edad avanzada.
El mismo día y casi a la misma hora, una treintena de supervivientes del sitio de Leningrado, que reconocieron no tener acceso al canal, presentaron en las distintas cortes de esa ciudad demandas y exigen una millonaria compensación por el daño moral causado
por Dozhd. Preguntados por los reporteros, admitieron que el texto de las demandas lo escribieron por ellos activistas del partido oficialista Rusia Unida.
Los seguidores de Dozhd trataron de realizar el domingo anterior una pequeña protesta silenciosa en Moscú, concentrándose en una céntrica plaza con paraguas abiertos, en alusión al nombre del canal (Lluvia). La policía dispersó a los protestantes y detuvo a más de 40 personas, que quedaron en libertad después de pagar una multa.
Asimismo, la Sociedad de Defensa de los Derechos del Consumidor presentó este lunes una demanda contra los distribuidores de la televisión de pago que, al desconectar a Dozhd, incumplieron los contratos sin ofrecer ninguna compensación a los consumidores que pagaron por otro servicio, afectando a millones de personas
.
En el improbable caso de que el juez le diera la razón a esa sociedad, quienes se sientan agraviados por la desconexión del canal podrían presentar demandas individuales.