Lunes 10 de febrero de 2014, p. 43
Majuro, Islas Marshall, 9 de febrero.
El náufrago salvadoreño José Salvador Alvarenga seguía esperando este domingo, recluido en un hotel de las Islas Marshall y protegido por escoltas, poder volver a casa.
El pescador, quien fue arrastrado hasta el remoto atolón de Ebon hace 11 días y afirma haber pasado 13 meses a la deriva en el océano Pacífico, tras haber salido de la costa de México a pescar tiburones, permanece en un hotel turístico de la capital, desde que el viernes salió del hospital por voluntad propia, aunque todavía no le han dado el alta oficial.
Desde entonces casi no se le ha visto en público y los responsables del hotel indicaron que el acceso a su habitación está restringido por orden del gobierno. El Ministerio de Asuntos Exteriores nos dio instrucciones para decir a los que llamen que, si quieren hablar con él, lo soliciten al ministerio
, dijo la portavoz del hotel, que confirmó haber recibido muchas llamadas para el náufrago.
Extraordinaria aventura
Las raras veces en que Alvarenga apareció en público desde el viernes lo hizo rodeado de un grupo de voluntarios, que permanecen en su cuarto y le ayudan a cumplir su deseo de no hablar con los medios de comunicación sobre su odisea en el mar. Exceptuando una breves palabras de agradecimiento en una rueda de prensa el jueves, el náufrago no ha hablado directamente con ningún medio desde la semana pasada, a pesar del gran interés que ha despertado su extraordinaria aventura en todo el mundo.
Fuentes del hospital Majuro dijeron que Alvarenga estaba molesto con el bombardeo de llamadas al centro hospitalario y que por eso quiso irse a un hotel. El alta la tomó él
, explicó Kennar Briand, el jefe del equipo médico del hospital, y confirmó que el médico que atiende a Alvarenga no le dio el alta el viernes.
Según el médico, algunos náufragos que estuvieron la mitad del tiempo a la deriva del que dice haber pasado Alvarenga llegaron en un estado de salud mucho peor. Briand recordó el caso de tres mexicanos que en 2006 sobrevivieron nueve meses a la deriva en el Pacífico y fueron tratados en Majuro.
Hubo algunas sospechas
sobre la historia de los mexicanos, recuerda el médico, y algunos doctores del hospital tuvieron que certificar oficialmente que los náufragos estuvieron nueve meses en el mar.