El sacerdote jesuita Hans Zollner, presidente del Centro para la Protección de los Menores de la Iglesia Católica, creado por el papa Francisco, consideró que el informe de la ONU sobre derechos del niño, que acusa al Vaticano de permitir abusos contra los menores es subjetivo, injusto y desproporcionado.

La Iglesia va hacia delante, como ninguna otra institución mundial, en la lucha contra los abusos; ha habido muchos errores, pecados y crímenes por miembros de la Iglesia y los sacerdotes, pero decir que la Iglesia no hace nada, no me parece objetivo. Ciertamente, las acusaciones son injustas y desproporcionadas, declaró Zollner a Radio Vaticano.

Afirmó que los ataques y las críticas nos empujan a seguir caminando hacia delante, sin detener nuestro esfuerzo común, con muchas otras personas de buena voluntad tanto dentro como fuera de la Iglesia.

Indicó que ellas les ayudan para hacer de la Iglesia una realidad donde los niños puedan vivir, lo que Jesús mismo nos encomendó como misión: protegerlos, con ese desarrollo que no puede ser bloqueado por estos pecados y crímenes.

El sacerdote mencionó que no se puede entender cómo la ONU ha entrado en temáticas como el aborto, la contracepción o la homosexualidad; se ve que estaba previsto probablemente que estos temas terminaran en el informe cuando realmente no están conectados. Alguno quería poner estos temas para decir que la Iglesia debe cambiar sobre la moral sexual, así ganamos un punto, expresó.

Consideró injusto “apuntar con el dedo sólo hacia estas cosas, que por cierto los papas y la misma Congregación para la Doctrina de la Fe definen desde años atrás como ‘la llaga abierta en el cuerpo de la Iglesia’”, añadió.

A raíz del informe, sitios web que tratan información católica, como Aciprensa, difunden un link para solicitar firmas en apoyo a que el Vaticano mantenga su estatus de observador permanente en la ONU.

En http://defendtheholysee.org/es/privado/ se plantea que en nombre de una falsa liberación, ciertas organizaciones quieren socavar las verdades fundamentales acerca de la naturaleza de la persona humana y de la familia, y han hecho de la Santa Sede su blanco particular.

Se asegura que en nombre de una falsa doctrina de derechos humanos, (esas organizaciones) niegan aquello que hace que la persona humana sea verdaderamente humana.

Y sus ataques al Vaticano los motiva el que éste defiende decididamente la santidad de la vida humana y la dignidad inviolable de la familia.