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Pacientes esperan hasta 3 horas en clínica

Acapulco: desabasto y servicio lento en farmacia del IMSS
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 9 de febrero de 2014, p. 24

Acapulco, Gro. 8 de febrero.

Los derechohabientes de la delegación Guerrero del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) deben esperar más de tres horas a veces para recibir medicinas o frascos de vitaminas en la clínica 9, ubicada en la avenida Cuauhtémoc, donde además hay desabasto de medicamentos y al día asisten a la farmacia unas mil 500 personas en promedio.

No obstante el sistema de fichas aplicado por directivos del IMSS de Guerrero para agilizar dicho trámite desde hace un par de semanas, el tiempo de espera aumentó, lo que afecta principalmente a los diabéticos, adultos mayores que padecen hipertensión y madres con bebés en brazos, quienes deben esperar con paciencia su turno de pie o sentadas en la explanada de la delegación, con el riesgo de que si se descuidan, deben esperar una segunda vuelta, otras tres horas, si no están presentes cuando su número es anunciado.

Los derechohabientes señalaron que tras el sismo de 6.1 grados en la escala de Ritcher que ocurrió el 21 de agosto de 2013 y provocó daños severos en ese nosocomio, las autoridades no cumplieron con la rehabilitación de las instalaciones para el 15 de enero. A partir de estos daños las salas de espera y antesalas de consultorio, entre otros trámites, se efectúan al aire libre.

Los pacientes se quejan de que el servicio en la farmacia se tornó lento y deficiente, sin mencionar el desabasto de medicamentos para controlar la hipertensión.

Margarita, una derechohabiente de 67 años, quien recibió el turno 862 a las 8:43 de la mañana, fue atendida a las 13:10 horas a regañadientes por personal de la farmacia, pues fue a buscar un baño a las 12:50 y cuando regresó la pantalla electrónica marcaba el 882.

El trabajador de la farmarcia Óscar Serrano se negó a atenderla, pero la presión de otros derechohabientes que empezaron a gritar: ¡atiéndala, que la atiendan!, fue que le entregó sus medicinas, no sin antes reprender a la mujer por no estar presente durante su turno.

Entre los derechohabientes se escuchan lamentos y quejas por el servicio: ¿cómo es posible que tengamos que esperar tanto?, ¡aquí me voy a morir!, son algunas de las quejas.

También sucede que mandan a algún familiar a tomar la ficha para la entrega de medicamentos, mientras el enfermo acude con el médico y no falta quien aprovecha un turno para surtir recetas hasta de cuatro o cinco pacientes, mientras otros, mejor se van a desayunar.