Sociedad y Justicia
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Experto neozelandés en medicina avala historia de sobrevivencia del pescador

Hospitalizan al náufrago salvadoreño por deshidratación; aplazan retorno a su país

José Salvador Alvarenga agradeció a las autoridades de Islas Marshall su ayuda y cuidados

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Romeo Córdoba Ríos (hermano de Ezequiel) y la señora Roselia Ríos Cueto, madre del desaparecido Ezequiel Córdoba Ríos, quien falleció durante la travesía del salvadoreño Juan Salvador Alvarenga por el océano Pacífico, acudieron a las oficinas de Desarrollo Integral para la Familia (DIF) en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, y se entrevistaron con la presidenta de dicha institución, Leticia Coello de Velasco, para solicitar apoyo económico para sostener a su familia. La funcionaria se limitó a entregarles dos bolsas de despensa con aproximadamente 4 kilos de diferentes productos cada una y una hoja con los requisitos necesarios para que Roselia Ríos, quien se dedica a la venta de mariscos y mantiene a cuatro hijos, solicite un microcréditoFoto Moysés Zúñiga
 
Periódico La Jornada
Viernes 7 de febrero de 2014, p. 42

Majuro, 6 de febrero.

El retorno del salvadoreño José Salvador Alvarenga, que dice haber pasado más de un año a la deriva en el océano Pacífico, a su país natal o a México, se retrasó este jueves por motivos de salud, por encontrarse muy deshidratado. Los gobiernos de El Salvador y México, donde Alvarenga residía, realizan gestiones coordinadas con vistas a su repatriación.

El hombre lució este jueves más debilitado que en otra aparición pública que hizo a principios de la semana. Hoy fue ingresado de nuevo en el hospital de las Islas Marshall, adonde llegó hace una semana, y recibe alimentación intravenosa porque estaba deshidratado y necesitaba nutrientes, explicó el diplomático mexicano Christian Clay Mendoza.

El equipo médico que atiende al pescador de 37 años, que tenía previsto abandonar las Islas Marshall el viernes, desaconsejó su partida a causa de su deshidratación.

Clay Mendoza, encargado de negocios de la embajada de México en Manila, dijo que necesita más tiempo para recuperarse. Los doctores dicen que está muy deshidratado y no es buena idea viajar ahora, señaló, y precisó que podría hacerlo en los próximos tres o cuatro días. Añadió que iba bien pero que no podía hablar mucho más en este momento.

El náufrago llegó a una conferencia de prensa el jueves acompañado por dos hombres, que lo ayudaron a desplazarse. Quiero dar las gracias al gobierno de este lugar (Islas Marshall) por todo lo que ha hecho y por los amigos que me han ayudado, dijo, antes de ser trasladado para someterse a más pruebas médicas.

Gracias por haberme cuidado, ya me siento mejor, dijo con voz pausada. Me siento bien y me siento bien... No tengo nada más que hablar, expresó.

El náufrago salvadoreño aseguró que sobrevivió gracias a la ingesta de pescado crudo y aves, así como sangre de tortuga, orina y agua de lluvia. Aseguró haber zarpado el 24 de diciembre de 2012 del puerto de Paredón (cerca de Tapachula, en el estado mexicano de Chiapas) en una pequeña embarcación bautizada Camaronera de la Costa, junto a un compañero llamado Ezequiel Córdoba.

Alvarenga, que de confirmarse la veracidad de su historia habría navegado a la deriva los 11 mil kilómetros que lo distancian de su punto de partida, precisó que su compañero murió al cabo de cuatro semanas porque no podía comer pescado crudo y vomitaba. Indicó que arrojó su cadáver al mar. ¿Qué otra cosa podría haber hecho?, explicó. Otras agencias lo citan diciendo que su compañero murió a los cuatro meses.

Magdalena Córdoba, tía de Córdoba, dijo el jueves a Ap que la familia no culpa a Alvarenga de lo que le habría sucedido a su sobrino. Dijo que el gobierno de México le prometió, luego de una reunión, que investigará cómo murió el joven, que tenía 24 años.

Interrogantes médicas

En una nota fechada en Welling­ton, Nueva Zelanda, la agencia Ap reporta que la historia del pescador sobreviviente suscita muchas interrogantes médicas. Para esclarecer dudas, conversó con Claude Piantadosi, profesor de medicina de la Universidad Duke y autor del libro The biology of human survival (La biología de la supervivencia humana).

El catedrático responde que una persona puede sobrevivir sin agua un promedio de cuatro días y entre cinco o seis semanas sin alimento. Se puede sobrevivir mucho tiempo más con escaso alimento, aunque la persona perderá peso y sufrirá avitaminosis.

Alvarenga afirma haber consumido restos de tortugas, peces y aves que capturó con las manos, y el entrevistado apunta que con el tiempo el fondo de la embarcación bajo el agua podría haberse convertido en un ecosistema con balanos, algas marinas y medusas que podrían atraer a otras especies.

Destaca que la sangre de alguna ave no es más salada que la sangre humana y podría haber provisto cierta cantidad de líquido hidratante. A diferencia de los seres humanos, las aves y las tortugas producen su propia vitamina C, así que la carne fresca de esas criaturas, en especial del hígado, habría proporcionado suficiente vitamina C, cuya carencia causa anemia y otros males.

Respecto a que Alvarenga tenía gran volumen de peso antes de que zarpara, Piantadosi estima que su cuerpo podría haber consumido su propia grasa y músculos por bastante tiempo, hasta que pudiera consumir algo de agua, vitaminas, micronutrientes y un poco de proteína.