A petición de los integrantes de su bancada, el coordinador panista Jorge Luis Preciado reconoció ayer públicamente que incurrió en un exceso al haber celebrado el cumpleaños de su esposa en la sede del Senado. Se disculpó y se comprometió a evitar en lo futuro esos festejos.

Antes, durante una ríspida reunión a puerta cerrada, escuchó fuertes cuestionamientos de los senadores del blanquiazul, sobre todo de los corderistas, quienes le expresaron su molestia y le dijeron que se sentían agraviados por el hecho, ampliamente difundido, de que organizó una fiesta familiar en la terraza de la Junta de Coordinación Política del Senado, que él preside.

Incluso, el senador Martín Orozco le pidió valorar la posibilidad de dejar la coordinación.

Los senadores le habían pedido analizar la situación en la reunión previa a la sesión. A las nueve de la mañana ya estaban 20 legisladores en el encuentro y uno de ellos, Ernesto Ruffo, expresó la preocupación general por las repercusiones de esa fiesta que se prolongó más de cinco horas, con un mariachi en vivo y muchas bebidas alcohólicas.

Ruffo le dijo a Preciado que era una vergüenza lo que había pasado y que el problema es que él representa a los 38 senadores el Partido Acción Nacional (PAN).

De acuerdo con versiones de algunos asistentes a la reunión, Preciado se justificó, dijo que no midió la proporción del hecho, reconoció que fue poco prudente y se disculpó. Tuvo que volver a referirse al hecho, poco después, cuando se integraron los demás senadores –en total fueron 33– y le recriminaron también su proceder y las repercusiones negativas para la bancada y el PAN.

El senador Ernesto Cordero no intervino, pero sí los integrantes de su corriente, que son la mayoría. Carlos Mendoza Davis le hizo notar a Preciado que tenía que disculparse públicamente, y el senador Francisco de Paula Búrquez, que no es corderista pero fue uno de los más críticos, comentó: quedamos como pendejos.

En entrevista, Roberto Gil Zuarth explicó luego que hubo una preocupación compartida en la bancada, porque lo sucedido el martes pasado no son formas ni actitudes propias de Acción Nacional y tienen repercusión en la imagen del grupo y del partido y que debiéramos evitarlas o, en su caso, corregirlas.

Gil Zuarth consideró que la gran difusión que se ha dado al hecho de que Preciado utilizó las instalaciones senatoriales para un acto familiar contrastan con el empeño de los senadores del PAN en desarrollar un trabajo serio, responsable, productivo, que se reconozca en la sociedad.

Cuestionado sobre la posibilidad de que pidan la remoción de Preciado como coordinador, dijo que quien debiera hacer una valoración en torno a ese punto es el presidente del PAN, Gustavo Madero, ya que tiene la atribución de nombrar y quitar los coordinadores en ambas cámaras.

Durante la reunión privada, a Preciado, según señaló Ruffo y otros senadores, se le veía angustiado, porque la situación se le salió de control. En la conferencia de prensa que ofreció luego no ocultaba su molestia. Luego de ofrecer disculpas, aseguró que asume la responsabilidad, pero pasa página del hecho, para centrarse en las tareas legislativas.