Opinión de académicos y especialistas
Jueves 6 de febrero de 2014, p. 7
Las reformas estructurales realizadas por el gobierno de Enrique Peña Nieto –particularmente la energética– podrían generar un breve periodo de ‘‘euforia’’ económica, pero al término de éste el país quedaría en condiciones aún más precarias e inestables, advirtió Ignacio Román Morales, académico del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (Iteso).
Durante su participación en el foro Las reformas estructurales. Una mirada desde los derechos humanos, el investigador –especialista en temas de empleo y política económica– advirtió que el único beneficiario de dichas iniciativas será el gran capital trasnacional.
Al hacer un análisis de las reformas de Peña Nieto, Román señaló que éstas forman parte de una estrategia donde se combinan la liberalización económica, el mantenimiento de ciertas estructuras autoritarias y la aplicación de medidas pragmáticas para legitimarse, a semejanza de lo ocurrido durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.
Con respecto a la iniciativa en materia laboral, el académico aseveró que al impulsar los trabajos de medio tiempo y los contratos a prueba, entre otras figuras similares, se promueve una especie de ‘‘formalidad precaria’’ que sólo beneficia a los patrones, al tiempo que se empuja a cada vez más personas a buscar su sustento en la economía informal.
En cuanto a la reforma educativa, consideró que es de carácter laboral y administrativo, pues se enfoca únicamente en el control sobre los maestros y las escuelas, y no en el aprendizaje real de los alumnos.
La propuesta del Ejecutivo en materia de telecomunicaciones sólo pretende abrir la competencia en los sectores de televisión y telefonía en beneficio de los oligopolios que ya controlan esos rubros, dejando de lado la obligación del gobierno de dar mayores espacios mediáticos al resto de la sociedad.
Pero la ‘‘madre de todas las reformas’’, subrayó el investigador universitario, es sin duda la energética, por ser la más difícil de revertir y la de mayores consecuencias económicas, incluso comparable con la pérdida de la mitad del territorio nacional en la época de Antonio López de Santa Anna.