Medida fallida
Ciclopistas vacías
Más contaminación
l problema de la circulación en algunas partes del Distrito Federal, donde persiste la necedad de apartar un carril del arroyo vehicular para el tránsito de bicicletas, se ha convertido en una pesadilla tanto para quienes manejan automotores como para los transeúntes que se transitan por esos lugares.
En muy poco tiempo las calles y avenidas, donde se han puesto topes altos para separar los carriles para la circulación de bicicletas, se han llenado de automóviles, camionetas o cualquier otro vehículo impulsado por algún derivado del petróleo, mientras en las partes separadas no se ve circular ninguna bicicleta.
Es curioso porque, si uno mira hacia otras partes de la calle mientras se espera el siga, se puede ver a los ciclistas transitar por las banquetas, por entre los autos que no se mueven, o en sentido contrario y, claro, sin respetar los señalamientos y las indicaciones de los semáforos.
Desde luego es muy importante el esfuerzo del gobierno de Miguel Ángel Mancera por tratar de impulsar el uso de las bicis, y seguramente serán jugosos y benéficos para la ciudad los premios y compensaciones que los organismos internacionales otorgan a las ciudades que tratan de combatir, con medidas como el uso de bicicletas, la contaminación ambiental. ¡Qué bueno!
Pero lo malo es que la medida, como decíamos, encierra una gran mentira, que explotará muy pronto si no se trata de ocultar datos, porque si ahora se dobla el tiempo que un automovilista, por ejemplo, debe esperar para pasar un semáforo al cambio de luces, seguramente está gastando el doble de combustible, y por tanto arroja el doble de contaminantes al ambiente de la ciudad.
Y no sólo eso, habrá que recordar que la política del gobierno federal respecto de los combustibles advierte aumentos constantes, mes con mes, que afectan el presupuesto de quienes tienen un vehículo que usa gasolinas o diesel. Está claro que las medidas que hasta ahora se han aplicado no han hecho que disminuya la utilización de esos vehículos, pero la medida que ahora impuso la señora Tanya Müller, de la Secretaría de Medio Ambiente del Distrito Federal, dañará aún más ese presupuesto, dado que, a mayor tiempo de trabajo de un motor, mayor consumo de gasolina.
En pocas palabras, la imposición que se sufre en muchas calles de la ciudad, hasta ahora, por lo que se puede ver, es un fracaso total. Por ello debería repensarse, por ejemplo, el tamaño de los carriles que tal vez algún día utilicen los ciclistas de la ciudad de México.
De pasadita
El recién estrenado secretario de Obras de esta capital, Alfredo Hernández, ha caído enfermo, afectado por uno de los males de estos tiempos. Todo parece indicar que desde el fin de semana pasado el funcionario padece los trastornos de una enfermedad respiratoria que lo ha mantenido en reposo, según se dice en la dependencia a su cargo, por indicación del secretario de Salud, Armando Ahued.
Por cierto, el asunto de la influenza cada vez preocupa más a quienes tienen que enfrentarla con la bata blanca puesta. Los datos advierten que cada día hay más enfermos de ese padecimiento, en cualquiera de sus niveles. Será de la mayor importancia poner atención a las recomendaciones que desde las diferentes instancias de salud se vienen difundiendo para poner fin a este problema, que cada vez es más grave. Por lo que hace al secretario de Obras, esperamos que pronto se reincorpore a sus funciones.