ueden ser acaso demasiado tétricas las palabras que uso de plataforma para describir el futuro previsible, que algunos columbramos al menos bruno, para la nación y sus mayorías. Todos los caminos llevan a Roma, se dice, y se dice bien. Esta vez a Roma
(el futuro previsible) sólo puedo verla desde la caverna del pesimismo.
Puede uno comenzar el examen de cualquiera de los temas relevantes y el territorio se advierte poblado, aunque medianamente ocultos, de los demonios del pesimismo, que parecen hablarnos de una atmósfera lejana a la aurora resplandeciente que nos dibuja el discurso oficial.
Paul Krugman se aproxima a Turquía y escribe: “Es cierto que las repercusiones mundiales directas de lo que suceda en Turquía, con una economía del tamaño de la de Los Ángeles, no serán graves. Pero estamos oyendo la pavorosa palabra ‘contagio’, la clase de contagio que en su día hizo que la crisis de Tailandia se extendiese por toda Asia, que hace poco ha hecho que la crisis de Grecia se extienda por toda Europa y que ahora, como teme todo el mundo, podría hacer que los problemas de Turquía se propaguen por todos los mercados emergentes del mundo”. Uno de esos somos nosotros.
Cartens, hablando de nosotros, según el legislador Roberto Gil: La [no] aplicación de recursos públicos hizo que no hubiera crecimiento, lo cual es un dato muy revelador
. Los indicadores que presentó el funcionario son datos muy alarmantes, como la caída estrepitosa de la inversión pública en 2013
. Cartens agregó, siempre según Gil, que los datos nos dicen que la reforma fiscal aprobada por PRI y PRD está presionando a la inflación, sobre todo en bienes primarios, específicamente en el sector de alimentos...
; por supuesto el PAN habla desde unas anteojeras similares a las de Cartens: hay absoluto rechazo social a la reforma fiscal y hacendaria aprobadas por PRI y PRD; decidimos crear una comisión para darle seguimiento y ver qué hace el gobierno para revertir los daños a la economía
( La Jornada 1/2/14). Las largas orejas de los intereses de los empresarios se asoman detrás de las palabras panistas y carstensistas, y ello augura un desencuentro entre el gobierno y un número aún no precisado de empresarios que no cooperarán con el primero; más aún, los amparos han empezado a proliferar a lo largo y ancho de la República. Los de abajo, como siempre, serán los más perjudicados.
La reforma política refiere a temas de largo plazo terroríficos. En los acuerdos parlamentarios entre partidos nadie obtiene nunca todo lo que desea, y ésta no fue la excepción. La letra de la promulgación por EPN no suena mal: que el Senado ratifique los nombramientos de la mayoría de secretarios de Estado; que los partidos políticos deben garantizar que las mujeres ocupen 50 por ciento de las candidaturas a los congresos federal y locales: se supone que lo dirán las normas correspondientes; que los congresos locales estarán facultados para establecer la relección consecutiva para los cargos de alcalde, regidor o síndico por un periodo adicional; que se instituye la autonomía de la Procuraduría General de la República, y se la convierte en Fiscalía General de la República, con el objetivo de conseguir una política de procuración de justicia eficaz y de largo plazo; se avanzará así en la profesionalización y, además, contará con fiscalías especializadas; una para delitos electorales y otra para combatir la corrupción en todos los órdenes de gobierno; que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social obtendrá su autonomía.
Permanece oscura y muy preocupante la transición del IFE al INE. Y resulta correcta políticamente la posibilidad de la formación de gobiernos de coalición en bien de la gobernabilidad..., en abstracto. En concreto significa blindar la coalición PRI-PAN para un tiempo oscura y largamente indefinido, dado el escandaloso desastre que tenemos por izquierdas.
Unos ¿izquierdistas?, que dizque pertenecen al mismo partido, coinciden en el tiempo en una marcha para protestar principalmente por la reforma energética, pero no van juntos en lo absoluto. Otros más, ni siquiera en el tiempo coinciden, y cada cual por la libre caminando como zombis sin rumbo. El blindaje al que he aludido está garantizado.
¿Que esa es la única política mexicana realmente existente? Pues sí, de ahí el pesimismo que nos aplasta no sé a cuántos que tenemos el privilegio de tener voz: debemos ser pocos
( whatever that means).
Los partidos de esa coalición están alineados internacionalmente con una visión de la economía y de la política económica totalmente equivocada para generar crecimiento. Este gobierno le puso un gramito de política contracíclica a sus criterios de política económica para 2014 y esperemos que se cumplan. Pero una golondrinita liliputiense no hace verano ni si se multiplicara por miles.
Es imposible, por ahora y por un tiempo sin fin, que nuestras
izquierdas produzcan expectativas en ninguna capa social. Pueden atraer a unos cuantos, a parte de los cuales la sociedad les vale un rábano, y sólo buscan una chamba pagada por los contribuyentes por militar o por legislar
: no tienen peso en el Congreso y solamente van a tirarse al refocilo con las prebendas insultantes que se conceden a sí mismos, sin freno.
Sí hay lugar al sentimiento de estar atrapado en la caverna del pesimismo. Falta aún –está en incipiente marcha– la presencia actuante de la izquierda social.