Por el caso de una mujer mazateca que dio a luz en el patio del centro de salud rural del municipio de San Felipe Jalapa de Díaz, Oaxaca, luego de recibir atención inadecuada, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió la recomendación 1/2014, dirigida al gobernador Gabino Cué.

En el documento la CNDH solicita al gobierno de Oaxaca tomar las medidas necesarias para reparar el daño ocasionado a madre e hijo, y que colabore ampliamente con la comisión en el trámite de las denuncias de hechos y administrativa que presente ante la Procuraduría General de Justicia del estado de Oaxaca y la Secretaría de la Contraloría y Transparencia Gubernamental de la entidad, respectivamente.

La CNDH subraya que luego de analizar el caso encontró evidencias de transgresiones a los derechos humanos a la protección a la salud, a la integridad, a la seguridad personal y al trato digno, en agravio de la mujer y el recién nacido.

La violación de esos derechos es atribuible al personal del citado centro de salud, adscrito a la tercera jurisdicción sanitaria de San Juan Bautista, municipio de Tuxtepec, Oaxaca, dependiente de la Secretaría de Salud del gobierno estatal. Los trabajadores no brindaron atención médica adecuada y el centro carece de infraestructura necesaria para la apropiada prestación de servicios de salud.

El 2 de octubre de 2013 a las 7:30 horas, recuerda la CNDH, la mujer de 28 años de edad se presentó a solicitar atención por dolores de parto. Una enfermera la examinó, incluso revisó la dilatación que presentaba la paciente y le indicó que regresara media hora después, cuando llegara el doctor del turno matutino. La mujer salió al patio del nosocomio, donde se produjo el nacimiento de su hijo, sin medidas de salubridad ni asistencia de personal médico o de enfermería.

Posteriormente, madre e hijo fueron ingresados al hospital, donde permanecieron aproximadamente 12 horas, hasta que se les dio de alta.

El ombudsman sostiene que, de acuerdo con las observaciones médicas, el bebé estuvo en riesgo de morir por traumatismo craneoencefálico.

Además, 12 horas después del nacimiento lo procedente no era darlo de alta, sino mantener una adecuada vigilancia obstétrica para detectar y prevenir factores de riesgo para madre e hijo.

Esto evidencia que se dejó de considerar que se trató de un parto fortuito sin atención médica adecuada, lo que implicó en sí un riesgo infectocontagioso para ambos; además, se omitió dejarlos en observación para descartar cualquier complicación.