El Cairo, 25 de enero.

Con 29 muertos se saldó el tercer aniversario del movimiento popular que llevó al derrocamiento del presidente Hosni Mubarak, quien gobernó el país durante medio siglo. Los movimientos juveniles, liberales y musulmanes que activaron las protestas de hace tres años en la céntrica plaza Tahrir quedaron esta vez marginados del acceso a la celebración, lo que desató una serie de enfrentamientos callejeros.

Las protestas de los impulsores de la rebelión contra Mubarak derivaron en choques con la policía y el ejército en ciudades como Alejandría, Suez y Minya, lo que según el Ministerio de Salud causó la muerte de 20 personas, para dar un total de 29 en todo el país.

Por segundo día consecutivo, las comisarías policiales fueron blanco de explosivos y coches bomba en El Cairo y Suez, que por ahora no fueron reivindicados por organización alguna. No obstante, el atentado cometido el viernes contra la sede de la Dirección de Seguridad del gobierno egipcio fue reivindicado por una agrupación denominada Ansar Beit al Maqdis (seguidores de la casa de Jerusalén, en árabe), presuntamente cercana a la red Al Qaeda.

En la concentración de simpatizantes de las fuerzas armadas, que el 3 de julio pasado derrocaron a Mursi –13 meses después de ganar los comicios presidenciales de junio de 2012, impulsados por la revuelta iniciada el 25 de enero de 2011– la gente llevó carteles con la fotografía del jefe del ejército y actual ministro de Defensa del gobierno golpista, Abdel Fatah Sisi, y gritó consignas en favor de su candidatura para las elecciones presidenciales, previstas para este año. Lejos de ahí, liberales y musulmanes corearon frases como ¡Abajo los militares! y ¡El pueblo quiere la caída del régimen!

Desde Trípoli, Libia, mientras tanto, fuentes gubernamentales informaron que cinco funcionarios de la embajada de Egipto fueron secuestrados el viernes y el sábado.