Lo sustituirá Mehdi Jomaa mientras se aprueba la nueva Constitución y se llama a elecciones
Se cumplen acuerdos con la oposición en medio del descontento popular por la crisis económica
Viernes 10 de enero de 2014, p. 18
Túnez, 9 de enero.
El premier islamita de Túnez, Alí Larayedh, renunció hoy para dar paso a un gobierno interino, como parte de un acuerdo con los opositores para tratar de poner fin a la crisis política del país mediante una nueva Constitución, así como elecciones presidenciales y legislativas para este año.
Como me comprometí hace tiempo, acabo de presentar mi renuncia al presidente
Moncef Marzouki, dijo Larayedh, quien fue torturado durante el régimen de Zine El Abidine Ben Alí (1987-2011). Explicó que se va ahora que hay una visión clara sobre el futuro del país, que está a punto de entrar en una nueva etapa con la preparación de elecciones
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El presidente designará en breve al premier interino, Mehdi Jomaa, y presentará su nuevo gabinete. No obstante, precisó que su equipo permanecerá hasta liquidar los asuntos corrientes en espera de la formación del nuevo gobierno de Jomaa, ministro saliente de Industria, quien fue designado en diciembre tras dos meses de negociaciones.
La dimisión de Larayedh y la disolución de su gabinete de coalición marcan el término del primer gobierno elegido democráticamente al frente del partido islamita Ennahda, que ganó los comicios en 2011 luego de la caída de Ben Alí tras una gran movilización popular. La semana que viene se cumplirán tres años de ésta que se ha llamado la primera primavera árabe
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La muerte de dos líderes opositores laicos en manos de hombres armados el año pasado despertó la ira de los enemigos seculares de Ennahda, quienes tomaron las calles para reclamar que los miembros del partido renunciaran a sus cargos. Esta semana diversas ciudades fueron escenario de protestas contra la elevada inflación, desempleo y nuevos impuestos.
Manifestantes prendieron fuego el miércoles por la noche a varios edificios oficiales en las ciudades de Feriana y Meknassy, en el centro oeste del país, a lo que la policía respondió con gases lacrimógenos. Previamente, el hasta ahora primer ministro Larayedh se vio obligado a cancelar los impuestos al transporte, que catalizaron las protestas.
A finales de 2013 Ennahda llegó a un acuerdo con la principal agrupación opositora, Nidaa Tounes, para entregar el poder una vez que los partidos hayan terminado de delinear una nueva Constitución, establecer una fecha de elecciones y designar un consejo electoral para controlar la votación.
Gran parte de ese acuerdo ha sido cumplido: la Asamblea Nacional está votando sobre las últimas cláusulas de una nueva carta magna esta semana y el miércoles por la noche también designó a una comisión electoral de nueve miembros.
Por lo demás, el nuevo gobierno de Túnez tendrá que hacer frente a reformas económicas para reducir su déficit mientras logra controlar el descontento popular por el elevado costo de vida y la falta de oportunidades económicas desde la revolución.
Las autoridades señalan que militantes islámicos del grupo Ansar Sharia, cuyo liderazgo responde a Al Qaeda, también están aumentando su amenaza en el país del norte de África, cuya economía depende fuertemente del turismo extranjero.