Cochoapa el Grande, Gro., 8 de enero.

A mitad de los casi 700 metros de vallas metálicas instalados por el Estado Mayor Presidencial (EMP) en el centro del pueblo, y mientras el Presidente saludaba a quienes estaban detrás y les deseaba un feliz Año Nuevo, surgió el grito: ¡Peña, entiende, la educación no se vende!

Casi de inmediato, el mandatario se plantó, preguntó por aquél y pidió que lo dejaran pasar.

Cuando el profesor llegó hasta donde él estaba, desde cada lado de la valla uno y otro se enfrascaron en un diálogo donde, de entrada, Peña Nieto le pidió no dejarse confundir.

El otro –renuente a dar su nombre, aunque según algunos se identificó sólo como Toribio– le espetó: Le voy a decir que con la OCDE, con usted y los empresarios mexicanos, primero vendieron la educación y la entregaron a manos de esos hombres....

–No, mi amigo –respondió el Presidente.

–Mire cómo estamos aquí nosotros, en qué condiciones. ¿Y nos quieren evaluar con una perspectiva sancionadora? No estamos de acuerdo. No soy delincuente para que me jalonee su gente y me esté empujando. Simplemente quiero que mi voz y el mensaje se escuchen.

–Ya lo escuché. Y quiero decirles que no los confundan; la reforma que hemos hecho es para mejorar la enseñanza. Cada lugar será evaluado conforme a sus condiciones y particularidades. La educación sigue siendo gratuita. Lo que buscamos es elevar la calidad de la educación. Es claro que las condiciones no son iguales en todos los lugares.

Es importante que estén bien informados, que no los confundan, porque hay campañas que quieren desprestigiar (la reforma), que fue consensuada por todos, que tiene un propósito.

–Yo soy maestro y jamás se me consultó.

–Vas a ser parte.

–Ojalá y eso sea. Lo último es que a las escuelas de Cochoapa se les dote de computadoras y de lap, de aulas de medios, cosa que hasta ahora no ha sucedido, y se prometió desde 2008.

–Danos chance, que nosotros comenzamos en 2012.

–Órale pues –cerró el maestro.

Peña Nieto continuó entonces su camino entre saludos, parabienes y compromisos porque, diría después, queremos que municipios como éste se distingan por su desarrollo y que su grandeza se vea no sólo en su nombre.