Aunque el seguro de desempleo propuesto por el presidente Enrique Peña Nieto que comenzará a aplicarse en enero de 2015 va en la dirección correcta, su alcance es limitado, sostienen investigadores del Instituto Belisario Domínguez (IBD), del Senado.

En el análisis que prepararon para la Cámara, los investigadores subrayan la necesidad de que para superar el carácter asistencialista de la política social y de forma paralela a la instrumentación del seguro de desempleo se deben diseñar y aplicar políticas activas para la generación y retención del empleo.

Los investigadores precisan que no se debe olvidar que la mejor política de atención al desempleo es la promoción del crecimiento económico y el empleo.

Revelaron que la OCDE ha sido insistente en que México es el único país de sus miembros que carece de un sistema de protección ante el desempleo y que la creación de un seguro debe tener la mayor prioridad en la política del mercado laboral.

Manifiestan su preocupación en el caso de la prestación que se ofrece para los trabajadores con contratos por tiempo indeterminado, pues en realidad es una especie de indemnización de un solo pago con cargo a los recursos de su subcuenta mixta y no cumple con las características propias de un seguro de desempleo.

Los investigadores hacen notar que para asegurar la sustentabilidad en el tiempo del seguro será necesaria la construcción de un esquema de financiamiento tripartito, en el que haya una mayor participación de recursos del Estado, ya que en la propuesta del Ejecutivo, el financiamiento del gobierno federal se aplica en caso de que se agoten los recursos de la subcuenta mixta del trabajador y el fondo solidario.