Denunció la impunidad de narcos y funcionarios corruptos
Martes 31 de diciembre de 2013, p. 35
Con la muerte del representante del Comité para la Protección de Periodistas en México (CPJ, por sus siglas en inglés), Mike O’Connor, los informadores de este país han perdido a uno de sus defensores más formidables
, sostuvo el director del proyecto de las Américas del CPJ, Carlos Lauría, quien describe a su colega como un profesional dotado con una extraordinaria capacidad de investigación, que se puso al servicio de decenas de reporteros mexicanos en riesgo o bajo amenaza en este periodo marcado por la violencia y la censura
.
O’Connor, estadunidense de 67 años, quien falleció la madrugada del domingo por un infarto fulminante durante el sueño, en su casa en el Distrito Federal, había denunciado en su reporte más reciente para la CPJ que la impunidad blinda de toda acción de la justicia a jefes del narcotráfico y funcionarios corruptos responsables de los sucesivos casos de asesinatos de periodistas en México.
“Desde hace tiempo –señaló O’Connor en su último informe– no hay datos confiables sobre el número de muertos o una forma útil de medir los efectos devastadores para una democracia cuando la prensa de un país tiene miedo de decir la verdad.”
Lo incierto de las cifras y de los verdaderos motivos de estos homicidios los atribuía a la dudosa profesionalidad de las investigaciones
judiciales.
El investigador, periodista él mismo, veterano corresponsal de guerra, solía apuntar hacia la dificultad de calificar y clasificar los casos de agresiones contra la prensa en el territorio nacional. Recordaba, por ejemplo, que en los 69 casos de periodistas asesinados en México desde 1994, sólo 28 fueron ejecutados claramente por su labor informativa.
O’Connor solía viajar y pasar tiempo en las ciudades donde los reporteros trabajan en condiciones de mayor riesgo. Conversaba incansablemente con los informadores. En un informe especial sobre el periodismo en las ciudades gemelas Torreón y Gómez Palacio, llegó a la conclusión de que en la zona reina la ilegalidad en todos los ámbitos, pero ni la prensa de Coahuila ni la de Durango reportan esta realidad. Ahí no se hacen preguntas ni se escriben historias que puedan parecer peligrosas, porque lo son
.
Además de los expedientes de periodistas asesinados, existe un grueso dossier de reporteros amenazados. Pero en ese caso la cifra no registrada es mucho mayor. Las amenazas ya no se denuncian ante las autoridades porque, como le confesó al investigador un periodista local, si vamos a la policía a denunciar, lo más probable es que estemos hablando con el enemigo
.
O’Connor nació en 1946 en Alemania, en un campamento de refugiados de la posguerra. Vivió su infancia en Texas, California y México. A los 50 años empezó a investigar los secretos de su propia familia, perseguida por la FBI. Esto lo llevó a escribir su libro más reconocido, Crisis, memorias de una vida a salto de mata.