Sin regulación alguna, la operación de bicitaxis, que originalmente surgió como alternativa de transporte para el turismo, se ha incrementado considerablemente en el Centro Histórico de la ciudad de México y las delegaciones periféricas, ante la creciente demanda de viajes cortos y la falta de oportunidades de empleo entre la población.

De acuerdo con organizaciones de ese medio de transporte, se estima que en la ciudad de México circulan alrededor de 20 mil unidades –de las cuales cerca de 600 se concentran en el Centro Histórico–, que transportan a poco más de un millón de personas diariamente.

La anarquía impera en las tarifas, pues mientras en delegaciones como Tláhuac e Iztapalapa el cobro máximo del pasaje por persona asciende a 6.50 pesos por una distancia de kilómetro y medio, en el primer cuadro de la ciudad van desde 30 a cien pesos, según el recorrido.

Lo mismo sucede en el tipo de vehículos que se utiliza para prestar este servicio, pues las tradicionales bicicletas adaptadas con toldos han cedido el paso a otras modalidades como las motocicletas y carritos de golf, que en la actualidad conforman casi 80 por ciento de los vehículos utilizados.

Fernando García Ríos, presidente de la Asociación Transporte Alternativo en Marcha, que agrupa a 32 organizaciones de bicitaxis en la ciudad, precisó que este servicio de transporte se ha extendido en por lo menos ocho delegaciones: Cuauhtémoc, Azcapotzalco, Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza, Iztapalapa, Tláhuac, Xochimilco y Coyoacán, donde por la conformación de las colonias o los pueblos es alta la demanda.

Uno de esos casos es la unidad Ermita Zaragoza, ubicada entre la calzada Zaragoza y avenida Texcoco. Con cerca de 30 mil habitantes, el uso de los bicitaxis es constante por las amas de casa, estudiantes o empleados, que buscan acortar el tiempo de su traslado hacia el mercado, las escuelas o las paradas del transporte público.

Miguel Maximiliano Durán, integrante de la cooperativa de bicitaxis Los Mosquitos, en el Centro Histórico, expresó que este servicio ha ido creciendo a la par que se incrementa el desempleo. Muchas personas viene a refugiarse aquí, como también lo hacen en el comercio ambulante, al no encontrar otra oportunidad, apuntó.

Una de ellas, es Antonio Moratín, de 45 años, quien optó por sumarse a las filas de los conductores de bicitaxis para completar el ingreso familiar. Yo le hago de todo, a veces estoy en albañilería o en lo que caiga, y vengo aquí unas cinco horas. En un buen día me llevó entre 250 a 300 pesos, relató.

El control de la operación de los bicitaxis recaía en los gobiernos delegaciones, pero desde mayo de 2012, cuando entraron en vigor las modificaciones a la Ley de Transporte y Vialidad es la secretaría del ramo la responsable de regularlos.

Sin embargo, de acuerdo con los representantes de las organizaciones consultadas, los avances han sido pocos, pues aún no se define un modelo tipo para la prestación del servicio y apenas se comenzaron a cotejar los padrones.

En tanto, se quejaron del acoso policiaco, quienes envían a los operadores al juez cívico y a los vehículos a los corralones, con multas hasta de mil 500 pesos. Diario se llevan como a 30 compañeros, pese a que hay una regulación para prestar el servicio, dijo Miguel Maximiliano.

Los representantes de los operadores de bicitaxis expresaron su temor de que estos operativos se incrementen una vez emitido el reglamento, pues sólo hablan de bicicletas adaptadas y no incluyen moto y carritos de golf.