El incremento de la productividad no repercute en el salario, que se va deteriorando
Martes 10 de diciembre de 2013, p. 28
Enrique Dussel Peters, coordinador del Centro de Estudios China-México de la UNAM, destacó que el producto y el empleo en la economía mexicana, en especial en el sector manufacturero, redujeron sus ritmos de crecimiento entre 2000 y 2012, comparado con el periodo 1994-2000. Adicionalmente se observa que el aumento de la productividad no se verifica en el salario y, por el contrario, se van precarizando las remuneraciones de los trabajadores.
Al presentar el Monitor de la manufactura mexicana, publicación elaborada con el auspicio de la Facultad de Economía de la UNAM, Dussel Peters afirmó que entre el segundo trimestre de 2012 e igual periodo de 2013, de 28 ramas productivas sólo en tres subsectores (alimentos, plástico, hules y maquinaria y equipo) se observó una ligera recuperación del salario.
En conferencia de prensa, acompañado de Samuel Ortiz Velásquez, coordinador del Monitoreo de la manufactura mexicana, y de César Octavio Vargas, director de la División de Estudios Profesionales de la Facultad de Economía, Dussel afirmó que los salarios reales han tenido una fuerte tendencia a la baja, aunque en septiembre de 2013 se empezó a observar una marginal recuperación.
Por ejemplo, señaló que mientras en los años noventas con un salario mínimo se podía comprar unos 30 kilos de tortillas ahora sólo se adquieren 5 kilos, lo que refleja el deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores.
En este proceso, detalló, la dinámica de crecimiento con respecto a la manufactura internacional es muy dispar o desigual, con una participación cada vez menor de los insumos nacionales contenidos en los productos destinados a las exportaciones.
Desde una perspectiva de mediano plazo la participación de la manufactura continúa su caída, de niveles cercanos a 24 por ciento en los noventa a 17 por ciento al segundo trimestre de 2013, mientras el comercio eleva su participación de 10 a 16 por ciento entre 1993 y el segundo trimestre de 2013.
Recordó que las estimaciones de crecimiento total de la economía se han ido revisando a la baja, y ahora las previsiones para 2013 ubican al producto interno bruto (PIB) en alrededor de uno por ciento, aunque otras estimaciones quedan por abajo.
Señaló que persisten enormes diferencias en el desempeño del PIB al tercer trimestre de 2013, en el que se confirma que sectores como el del calzado y textiles no han recuperado los niveles de producción que tenían en 2008, antes de la crisis financiera mundial.
El crecimiento del empleo a nivel macroeconómico, dijo, ha estado muy lejos de integrar la fuerza de trabajo que se agrega cada año y los puestos laborales que se generan no logran incorporarlos al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que contrasta con el crecimiento del empleo eventual en los últimos 12 años.
Puntualizó que a septiembre de 2013 el empleo creció 3 por ciento y con ello continúa recuperándose desde 2010, aunque muy lejano del aumento de la población económicamente activa (PEA) anual: de 2000 a 2010 el 72.6 por ciento del empleo formal continúa a la baja, del 35.6 por ciento en 2000 a 26.4 por ciento al tercer trimestre de 2013.
El especialista recordó que al segundo trimestre de 2013 ha caído la inversión física bruta en todos sus renglones, con excepción de la importación de maquinaria, la cual aumentó a una tasa anual de 12.4 por ciento al segundo trimestre de 2013 y 3.9 por ciento durante 2000-2012, situación que explica el poco valor agregado que tiene México en sus exportaciones.
El uso del tipo de cambio como ancla inflacionaria ha tenido efectos nocivos contra el sector exportador. El tipo de cambio real presenta en agosto de 2013 una apreciación real acumulada de 34 puntos porcentuales con respecto a 1995, aunque en niveles muy por abajo de la sobrevaluación de 1994 y 2003.
Comentó que después de la fuerte recuperación del comercio exterior de México en 2010 y 2011, el intercambio se estancó en 2012, de manera que de una tasa de crecimiento de las exportaciones de 6.1 por ciento pasó a 1.6 por ciento en agosto de 2013.