Los jerarcas de la Iglesia católica son los perfectos practicantes del relativismo y ello ha quedado demostrado con la actitud adoptada ante las acusaciones de pederastia clerical, manifestó José Barba, integrante del grupo de los ocho ex legionarios de Cristo que, a finales de los años 90, denunciaron los abusos del fundador de esa congregación, Marcial Maciel.

En entrevista, lamentó lo expresado por el nuncio apostólico en México, Christophe Pierre, en el simposio Comunicación, retos y desafíos para la Iglesia hoy, sobre los medios que, afirmó, son utilizados para difundir el relativismo y satirizar a la Iglesia católica.

Obviamente se refiere al relativismo de la información y al moral, pero es precisamente el Vaticano el que da muestras repetidas de ese relativismo práctico, el cual consiste en atacar el de los otros sin darse cuenta de que ellos lo practican y engañan al tiempo que pretenden defender la verdad.

Los altos dirigentes de la Iglesia católica, apuntó, no dicen la verdad. Yuxtaponen apariencias de verdad atacando a los otros, porque al hacerlo públicamente aparecen como los campeones de la verdad, de la comunicación, y por eso acusan a las fuerzas sociales que de buena fe han informado, entre ellos los medios que han dado cuenta de los casos de pederastia sacerdotal.

Aseguró que la Iglesia practica una gramática de engaño, una retórica de relativismo que consiste en inducir al otro a creer que están diciendo la verdad cuando en realidad la están escamoteando. Resaltó que muchos medios también destacan información que va más allá de lo que está de moda o vende, o que sólo subrayan aspectos negativos.

También se enaltecen figuras como la de Nelson Mandela (recientemente fallecido), hombre laico, ejemplo de bondad, paciencia y sacrificio por la reconciliación. Esos individuos dan mucho mejor ejemplo de cristianismo y amor a la humanidad que los eclesiásticos. No digo que todos, sino los que están defendiendo el punto de vista oficial sin atreverse a decir lo que verdaderamente está pasando en la Iglesia.

Indicó que un ejemplo claro del doble lenguaje eclesial es la respuesta ofrecida hace algunos días al Comité de Derechos Humanos del Niño, de la Organización de Naciones Unidas, sobre pederastia.

En el documento de respuesta a las preguntas de dicha comisión el Vaticano no dice la verdad, sino la escamotea. Por ejemplo, en la pregunta número 11 sobre abuso sexual contra niños y adolescentes, y en la 12 acerca de la Legión de Cristo.