Apaxtla de Castrejón, Gro., 29 de noviembre.

Habitantes de esta cabecera municipal instalaron barricadas en sus cuatro accesos para proteger a sus 7 mil pobladores de la violencia que se incrementó desde hace cuatro años, según señala el Movimiento Apaxtlense Adrián Castrejón (MAAC), que se declara independiente de otras organizaciones de autodefensa.

Uno de los dirigentes, que pidió el anonimato, expresó: Después de cuatro años de azote que teníamos por la delincuencia organizada, por fin el pueblo decide organizarse espontáneamente, y a principios de noviembre se les convocó en la iglesia para tratar el asunto de la inseguridad.

A esta reunión asistieron niños, mujeres, maestros, campesinos, líderes religiosos y ancianos, y acordamos unirnos para defendernos, teniendo como finalidad que regrese la paz a Apaxtla. No somos un grupo violento, sólo queremos devolverle la dignidad a la gente; han venido extraños a vivir de la gente y de sus recursos, precisó.

Efraín Peña Damasio, uno de los guardias, afirmó que en los meses recientes hubo 40 secuestros: en ocasiones hasta tres por día, incluso se llevaban niños. Y es que prácticamente no hay policía municipal. De los 15 que había cinco renunciaron, otros tantos están presos en Iguala acusados de colaborar con la delincuencia y hay cinco activos.

Al llegar a Apaxtla lo primero que se observa es un retén formado con llantas, piedras y una camioneta deshecha, vigilado por jóvenes y adultos que portan escopetas y pistolas.

Más adelante, cerca del monumento a Adrián Castrejón –uno de los hombres de confianza del general Emiliano Zapata– hay decenas de mujeres, niños y ancianos con pancartas en la que demandan paz.

Edilia Méndez Guadarrama, una anciana, señaló que durante los años recientes se cerraron negocios, se podría decir que no hay dinero. Son cuatro años de amenazas, secuestros y extorsiones; han matado a mucha gente, a otros se los llevan y no sabemos adónde están. Le pedimos al presidente (Enrique Peña Nieto) y al gobernador (Ángel Aguirre) que ya paren esto, que vengan a poner paz en el pueblo.

El alcalde Efraín Peña, a quien el gobierno estatal amenazó con desaforar por apoyar este movimiento, demandó más recursos para el municipio.