Abre el Museo de San Carlos La divina proporción, muestra dedicada al artista italiano
Para mí, Guillermo Tovar de Teresa era México
, dice el fundador de la editorial de libros de arte FMR
La exposición reúne más de cien volúmenes, láminas y grabados
Viernes 29 de noviembre de 2013, p. 3
El fundador de una de las editoriales de libros de arte más famosas del mundo, el italiano Franco Maria Ricci (Parma, 1937), concluirá a finales del próximo año uno de sus proyectos más ambiciosos, en el que ha invertido casi una década: un laberinto de siete kilómetros cuadrados que alberga un museo con sus colecciones de arte y una biblioteca, la Babel que le prometió a uno de sus amigos, el escritor argentino Jorge Luis Borges.
Así lo informó Giorgio Antei, curador de la muestra La divina proporción, dedicada a la dupla que durante casi medio siglo formaron Ricci y el fotógrafo Massimo Listri (Florencia, 1954).
La exposición fue inaugurada anoche en el Museo Nacional de San Carlos (La Jornada adelantó detalles acerca de la misma en estas páginas el 22 de noviembre).
El propio editor acompañó a la prensa en un recorrido por las salas donde se aprecian más de cien libros, láminas, grabados, entre obras del guanajuatense Hermenegildo Bustos (1832-1907), esculturas del alemán Franz Xaver Messerschmidt (1736-1783) y el italiano Pietro Tenerani (1789-1869), 30 fotografías de gran formato realizadas por Listri, así como ilustraciones de su laberinto.
Es un paseo por la belleza, concebida por el editor como la búsqueda de la divina proporción: La cual es la mesura, el equilibrio, un espacio donde nada sobra, pero donde todo lo suficiente debe estar
, explicó Antei.
Revolucionario e innovador
En breve charla, Franco María Ricci recordó su amistad con el recién fallecido Guillermo Tovar de Teresa: Él era México para mí
. También mostró su satisfacción por la forma en la que quedó la exposición, pues se destaca que la fotografía es una actividad artística, por tanto, una foto puede ser una obra de arte
.
El editor-utopista
, como lo llama Antei, es un revolucionario, un innovador, autor de algo que ahora parece muy común: las portadas de libros o revistas con fondo negro, pero que en su tiempo, cuando las diseñó, constituyó una herejía
.
Su búsqueda editorial, añadió el curador, es la belleza, la elegancia, la economía de las partes, la divina proporción. Algunos de sus inventos son muy elementales. Para hacer sus portadas con el negro de fondo usó seda, porque es el único elemento natural que se impregna de luz y la refleja, entonces el color se multiplica y se vuelve más atractivo y luminoso. Es una cosa luciferina: negro y luz
.
Ricci nació en una familia de antigua nobleza (su blasón se convirtió en el emblema de su editorial FMR). Se graduó en geología y por un corto tiempo trabajó en la exploración petrolera, antes de dedicarse a sus verdaderas pasiones: el arte y el coleccionismo.
Se dedicó al diseño gráfico, creando marcas corporativas. Una de sus mayores influencias son los libros que produjo Giambattista Bodoni (1740-1813), reconocido como uno de los mejores tipógrafos de todos los tiempos. Una parte importante de su colección la constituyen alrededor de mil 200 piezas tipográficas originales de Bodoni.
El tipógrafo estaba convencido de que el lector tiene derecho a la belleza, por eso supo reinventar la tipografía y el arte de hacer libros. Al final de su vida, escribió sus ideas acerca de la búsqueda de la belleza en la edición, el equilibrio entre lo lleno y el vacío, entre lo grueso y lo fino. No puede ser dejado al azar y no se puede exagerar. La lección es muy elemental, pero muy profunda. Por ejemplo, decía: no hay que ahorrar con los márgenes, esto debería ser considerado hoy en día por los editores que ahorran sobre éstos y llenan la página de texto. Pues no, eso significa renegar la belleza y el derecho del lector a ella, pues es parte de nuestra felicidad
, reiteró Antei.
Respecto de la relación de Ricci con Borges, se conoce la anécdota que ocurrió durante una visita del autor de El Aleph a la mansión del editor. De ese encuentro nació La Biblioteca de Babel, una colección de literatura fantástica, seleccionada y prologada por el escritor.
El editor le confió a su amigo su utopía: construir un laberinto vegetal de varios kilómetros de longitud, con plantas de bambú para que parecerían, como dijera Borges, letras de un libro sin fin. A lo que el escritor respondió: Pero si el laberinto más grande del mundo ya existe, es el desierto
.
En 2004, Ricci vendió su editorial para dedicarse al diseño del laberinto, con Pier Carlo Bontempi y Davide Dutto. A finales de 2014 estará concluido para abrir sus puertas a todo el que quiera conocer el espacio anhelado por Borges, quien dijo: Siempre imaginé que el paraíso sería algún tipo de biblioteca
.