La delincuencia organizada obligó a la industria farmacéutica a reforzar sus medidas de seguridad y buscar rutas alternas para entregar sus productos a las instituciones y a las farmacias. Entre enero y junio de 2013, los robos tuvieron un costo de 5 mil a 7 mil millones de pesos, aseguró Dagoberto Cortés, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma).

Comentó que los asaltos son más sofisticados y lo que más se roban son sicotrópicos, medicinas para el control del cáncer y de la disfunción eréctil.

Para contrarrestar el problema la industria se ha adaptado a nuevas condiciones. Antes, por ejemplo, los robos ocurrían dentro de las ciudades y cerca de los laboratorios o distribuidoras. Para tratar de evitar los hurtos, se contrataron empresas de seguridad que acompañaran al transporte hasta las casetas de cobro. Lo que ocurrió, comentó el empresario, es que los asaltos ahora se dan en los 30 kilómetros siguientes a las casetas, es decir, ya en las carreteras hacia Pachuca y Querétaro, principalmente.

En los estados donde el índice de violencia es alto, como en la zona norte de la República o en Michoacán, la industria farmacéutica ha optado porque ya no sean destino de sus transportes, sino zona de paso y lo que debe entregarse ahí, se lleva de otra entidad cercana en vehículos más pequeños. Entonces, explicó Cortés, si ocurre el robo, al menos será por una cantidad menor.

Hay infiltrados y cómplices dentro de la misma industria

En entrevista, al terminar la conferencia organizada por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para informar sobre el decomiso de 166 toneladas de medicamentos que incumplían las normas de seguridad, Dagoberto Cortés indicó que a pesar del incremento de la violencia, los robos a la industria farmacéutica se redujeron en 22 por ciento. El problema es que han cambiado el modus operandi, apuntó.

Aunque los medicamentos se transportan en vehículos grandes y son de diferentes tipos y para enfermedades diversas, ha habido casos en que los trailers son interceptados con conocimiento de causa, lo cual significa que hay infiltrados o cómplices de los delincuentes, dijo.

Las medidas adicionales de seguridad iniciaron a mediados de 2012 e incluyen recurrir a las distribuidoras que cuentan con logística e infraestructura para garantizar la entrega de fármacos.