Actualmente hay un inventario de 33 mil toneladas de bifenilos policlorados (sustancia que funciona como conductora de energía) y quedan 11 años para lograr su eliminación total, de acuerdo con el Convenio de Estocolmo sobre contaminantes orgánicos persistentes.

Guillermo Román, director del proyecto Manejo y Destrucción Ambientalmente Adecuado de Bifenilos Policlorados en México del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), explicó en entrevista que un problema para el acopio de estos residuos peligrosos es la falta de información, ya que hay talleres de transformadores que aún los tienen y lo desconocen.

Detalló que en los cuatro años que lleva el proyecto se han destruido 849 toneladas de estos residuos que se encuentran dentro de los transformadores. Estaban en posesión de empresas paraestatales como Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Explicó que para realizar el inventario nacional se hizo un muestreo de 2 mil 500 transformadores y son las industrias metal-mecánica, química, industria de alimentos, minería, metalúrgica y de electricidad donde se han encontrado los mayores porcentajes.

Detalló que se han eliminado alrededor de 15 por ciento del inventario identificado y la CFE es propietaria de más de la mitad (1.1 millones) de transformadores del país, los cuales pensábamos que antes de los años 80 se habían dejado de producir, pero se han encontrado unos de 2006 contaminados, por las malas prácticas de mantenimiento.

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y el PNUD seleccionaron esta sustancia tóxica para su eliminación con un presupuesto de 4.5 millones de dólares a fondo perdido, y el cofinanciamiento que comprometió el gobierno de México fue de 13 millones de dólares.

El principal obstáculo para la eliminación de estos desechos es saber donde se encuentran, por eso estamos en una campaña de creación de conciencia para las industrias: algunas no saben que los tienen, otras ni saben que existen y otras no saben cómo eliminarlos.