Los expertos en asuntos forestales en el mundo aún no coinciden en un concepto que incluya la diversidad de conjuntos arbóreos y todo lo que implica un ecosistema de este tipo y su relación con la sociedad, señaló el biólogo Armando López Ramírez, director del Instituto de Investigaciones Forestales de la Universidad Veracruzana (UV).

Es muy importante emitir una definición adecuada de lo que es un bosque para dictar las políticas adecuadas a ellos. En México estamos lejos de llegar a una noción compartida. Se emiten siempre políticas generales y no se da espacio en el discurso del Estado a los problemas específicos de cada región, pues no es lo mismo un bosque de pinos que uno tropical, ni uno con poca gente y uno lleno de gente, con grandes necesidades de supervivencia, como es común a los habitantes de estas zonas en México.

El micólogo veracruzano dijo que es común fincar la responsabilidad del deterioro ambiental y la destrucción de los recursos renovables al gobierno. Sin embargo, los que deben participar con responsabilidad en la creación de estas políticas son los científicos, los ambientalistas y los industriales.

Problemática de los territorios

El objetivo, precisó, es tomar en cuenta cada una de las problemáticas de los territorios, en los que el bosque tiene distintas presencias. Esto es, como recurso aún no aprovechado, o sea, como potencial económico; cuando es continuamente destruido por los habitantes de esas zonas (como en el Cofre de Perote, en Veracruz); cuando es utilizado por la industria maderera, cuando la devastación es tal debido a que no existe una planeación para conservar el recurso y se asegure su conservación.

Por otra parte hay casos del deterioro de la selva tropical debido a la aplicación de programas de reubicación social (como ocurre en la selva del valle de Uxpanapa en Veracruz-Oaxaca), en la que se arrasaron miles de hectáreas de selva.

“En Veracruz no tenemos ninguna escuela de profesionales forestales y contamos con miles de hectáreas de bosques que se están perdiendo por las causas que señalamos.

La reforestación no funciona, porque no hay personal capacitado para dar seguimiento y ayudar a que se logren las siembras, que tienen menos de uno por ciento de supervivencia. No basta con que los funcionarios y representantes políticos salgan en la foto sembrando arbolitos y se den datos de que se plantan millones de ellos, es preciso impulsar la creación de centros educativos especializados en la enseñanza e investigación del tema forestal.

El Instituto de Investigaciones Forestales de la UV realiza estudios diversos sobre los bosques de la entidad y un tema muy importante es el rescate genético de los bosques, pues al explotarse indebidamente estos recursos se están extrayendo los mejores genes que integran esta comunidad (se cortan los mejores), dijo López Ramírez.

Estos genes han evolucionado como una comunidad a través de miles y millones de años de selección natural y al hombre le toma un instante desbaratar ese proceso, que es sumamente difícil o casi imposible recuperar.

Lo que hacemos es seleccionar semillas de los supervivientes naturales para escoger los caracteres de más calidad desde el punto de vista ecológico y genético y así recuperar los bosques de manera acorde con los procesos naturales, concluyó López Ramírez.