e todos los problemas que han azotado este año al país, para todo efecto práctico, nos vamos a referir a aquellos que han generado algún tipo de violencia de consideración y que han alterado la vida diaria en diversos lugares, muy principalmente en zonas urbanas, empezando por la propia capital, donde los maestros cambiaron sus programas de estudios, súbitamente y, sin autorización ni revisión previa a ningún nivel, sino que con la reprobación de toda la ciudadanía, muy principalmente de los padres y familiares cercanos de los niños registrados en las escuelas correspondientes, ha habido bloqueos de vías amplias e importantes, así como de carreteras que acceden o parten a la ciudad capital, causando daños a las personas, policías o participantes de todas las clases y orígenes imaginables, a horas también imprevisibles, unas veces, y otras, no solamente previsibles, sino que anunciadas con anticipación.
En muchos casos ha habido heridos, participantes o no, de cierta gravedad y, como es natural, con la consiguiente indignación de los ciudadanos, a los que se les ataca sin causa alguna, a ellos mismos o a sus bienes, sin que realmente estén involucrados de ninguna manera ni tampoco en ningún grado de participación. Cuando sí la hay, con mucha evidencia, pues cada uno tiene que reconocer los riesgos que corre, pues, como dicen en la Huasteca para ser parejos no hay que dejar que los becerros no únicamente mamen, lo que es muy natural, sino que también pretendan dar topes
, al mismo tiempo, lo que ya está pasado de tueste.
La policía realmente se ha comportado bastante bien, pues estos incidentes, comparados con los de otros tiempos, y no en todas las ocasiones, pues ha habido casos verdaderamente brutales, los que hasta la fecha no se olvidan, ni se olvidarán, agregó alguien que estaba en el fondo del montón. No se puede negar, que ha habido una buena dirección de la fuerza pública, en casos muy delicados, regímenes atrás.
Nos ha tocado ver de cerca la violencia masiva, alentada por gobiernos ajenos y distantes, pero cercanos en cuanto toca a intereses que debieron haberse retirado, pero que, por el contrario, el hecho de que generalmente se trata de gobiernos que, si bien debieron ser completamente neutros en lo que hace a la gran fuerza represiva del Estado, que no debió, en la mayor parte de los casos que se trata sobre todo, de intereses económicos en los que funcionarios de muy alto grado han sido participantes muy evidentemente y muy fuertemente ligados, con doctrinas políticas con las que pretenden legitimar sus acciones, como es el caso de la invasión de Irak, que es el más reciente, aunque tratándose, de petróleo, gas y minerales, es muy difícil que se mantengan dentro de los límites que debieron haber respetado, al estilo de Benito Juárez y de Genaro Estrada, cuyas doctrinas evitaron el estallido de la violencia, en México, y en otros países, donde inclusive se mató a grandes cantidades de personas y se destruyeron instalaciones sumamente valiosas y en enormes cantidades, habiéndose dejado muchísimos hombres mujeres y niños, cuya bravura debió canalizarse al desarrollo de Asia y de África, cuyas vidas se perdieron y se dejaron fuertemente establecidos precedentes violatorios de los derechos humanos.
La difícil situación internacional en todo el mundo nos hace temer que en México tendremos todavía serias dificultades, incluso tanto en la siembra de semillas aprovechables para la alimentación humana y para animales. Desde luego, no tenemos todavía ninguna seguridad de que se logre durante las próximas décadas desacelerar el crecimiento de la contaminación atmosférica y sujetarla dentro de los límites que se han fijado y que finalmente se han superado, tanto los 4.85 por ciento de contaminación general y no sabemos con exactitud en qué límites andamos. Y así como no tenemos el control del aumento en el límite de la polución atmosférica, dos grados Celsius, ya que ambos límites han sido superados ampliamente. Por lo que a México se refiere el país precisa de los combustibles fósiles. En México mismo tampoco tenemos las cifras mundiales a este respecto. Expresamos nuestras esperanzas de que se dediquen los recursos humanos, así como los científicos en general a estas investigaciones, para que así el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) rinda al país algunos resultados que sean comparables con las cifras que soñó el maestro Javier Barros Sierra, pues los que conocemos hasta ahora son verdaderamente muy limitados, y no se ha informado a la opinión pública de mejoras en este aspecto. Más bien del IMP no se ha escuchado nada, absolutamente nada. Pues ojalá que los mexicanos mejoremos nuestras actitudes auditivas el año entrante, 2014, porque oímos muy mal. Se me hace que necesitamos oír ya algo bueno.